El Govern de Balears utilizó el lema ‘Better in winter’ para fomentar la desestacionalización turística.

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Como empresario, ¿prefiere hacer una reunión de trabajo para revisar los objetivos y comentar luego las impresiones o participar en un meeting para hacer un approach sobre el business plan y acabar con un networking? Los anglicismos están de moda. Tener un negocio en la actualidad pasa necesariamente por soltar de vez en cuando una de estas perlas en la office, como en una canción de la Rosalía. Si no sabe inglés o quiere actualizar su vocabulario, todavía está a tiempo de aprender.
El día a día de una business owner no es fácil. No es suficiente con tener profits, beneficios, sino que el outcome (resultado global) tiene que salir a favor: hay que buscar estrategias win-win junto a los stakeholders (partes insteresadas) y también hay que ser ecofriendly. Para ello, hay que aplicar el know-how (literalmente, el saber hacer de la empresa) o, como está más de moda, sacar el máximo rendimiento al expertise (las habilidades o conocimientos propios de un experto). La innovación se impone en todos los sectores: travel, tech, retail, leisure, real estate, fashion, hospitality, yachting, mobility, ecommerce... ya sean B2B (empresas dirigidas a otras empresas) o B2C (dirigidas al consumidor final).

Todo empieza por una buena organización. La agenda de un directivo suele estar a rebosar de meetings y calls, reuniones y llamadas. Hay que estar pendiente del negocio full time. También tocará de vez en cuando hacer algún speech o presentación con slights (diapositivas). Otra clave para hacer negocios en el siglo XXI es tener un gran equipo inhouse. Gran parte del éxito de la empresa depende del commitment de los trabajadores, compromiso, que les lleve a tener un buen desempeño o, mejor dicho, performance. Hay que practicar estrategias de liderazgo, o leadership, para motivar a los equipos, o teams. Hay que invertir en talento junior, con formación inicial para que tengan un soft landing, un aterrizaje suave. Hoy en día se valoran las soft skills, competencias que van más allá de los requisitos técnicos del puesto de trabajo y que son, por ejemplo, saber idiomas o tener la capacidad de trabajar en equipo o bajo presión. También hay que abrir positions, puestos de trabajo, para poder ascender a senior y poder desarrollar su career, su trayectoria profesional o carrera. Se pueden hacer incluso talleres de team building (de cohesión de equipos) de la mano de un coach. O recurrir a freelance. Todo para mejorar el engagement del staff, el compromiso del personal, así como para evitar el burnout, es decir, que el personal esté quemado. Este año es más difícil que nunca fichar y retener talento. Todas las empresas están igual: We’re hiring! (¡Estamos contratando!). Y ni así. Siempre puede optar por contratar un headhunter, cazatalentos. Las empresas deben pensar en el wellbeing (bienestar) de sus clientes y trabajadores. Muchos de los últimos desean una remote job (teletrabajo) o trabajar part time (a jornada parcial). Los viernes suelen ser más divertidos. En el casual Friday, la previa de la weekend, se relaja el dress code (la etiqueta). Muchas veces al acabar la jornada se organiza un afterwork improvisado (encuentro informal con compañeros después del trabajo).

Otro elemento fundamental de los negocios es la digitalización. O eres digital, o estás out (fuera). El primer paso es tener una web. Hay que pagar un dominio y un hosting. Toda web tiene que ser responsive, es decir, que se tiene que adaptar a todos los dispositivos -ordenadores, tablets o smartphones-. Y ya se sabe, el futuro es mobile. Es importante protegerse de la ciberdelincuencia. Sobre todo, que no infecten los equipos con algún malware (software diseñado para causar daño) o que no se produzcan casos de phishing (suplantación). Lo primero es hacer back-ups (copias de seguridad) y tener cuidado con las passwords y también no abrir attachments de contactos desconocidos (datos adjuntos).

Las acciones de la web son tan específicas que se han adaptado verbos procedentes del inglés. De esta forma, podemos resetear un programa (reiniciar o reajustar), embeder (incrustar en una página elementos de otro lenguaje de programación), hacer scroll (moverse en vertical) o loguearnos (conectarnos con nuestro usuario). En internet navegamos sin barco y googleamos, es decir, buscamos por Google. También clicamos, customizamos (personalizamos según el customer), stalkeamos (espiamos las publicaciones de alguien), posteamos (escribimos post), baneamos (limitamos acciones), costeamos, testeamos, reportamos (transmitimos información) y chequeamos.

MARKETING. El marketing es un mundo en constante evolución. Han aparecido nuevos perfiles adicionales al community manager, como son el data analyst y el copy (persona que escribe contenidos creativos o publicitarios). En toda campaña de online marketing hay que alinear estrategias y tácticas que lleven a la consecución de los goals (objetivos). Se hacen brainstormings (lluvias de ideas) a partir de un framework (estructura de trabajo organizada) y un background (bagaje o conocimientos previos). Cumplir los deadline (fecha de entrega) y medir los resultados para tener feedback (retroalimentación) es esencial. Hay que pensar un buen claim (parecido al eslogan, pero de durabilidad finita, para una campaña temporal). Aunque al final, todo depende del budget (presupuesto).

El marketing en buscadores es fundamental. Se trata un conjunto de técnicas de SEO (Search Engine Optimization) y SEM (Search Engine Marketing) para que cuando se busquen algunas keywords (palabras clave) palabras en Google aparezca nuestra empresa en las primeras posiciones, ya sea de forma orgánica o pagando. También se puede utilizar el email marketing, es decir, mandar promociones por correo electrónico o newsletter (actualizaciones informativas periódicas). Hay que conseguir los leads (datos de los clientes) a partir de una landing page que tenga un gancho. Eso sí, hay que ser muy creativo y aportar valor. Si el usuario lo considera spam (comunicación no deseada), se dará de baja.

Otro punto esencial es el branding, la gestión de la marca. Casi todos los nombres hoy en día son en inglés. Siguen la moda hasta en el Govern -recuerden, Better in winter-. Hablamos también del look and feel de la marca, es decir, que lo que vemos de la marca -por ejemplo en el feed de Instagram, que es la cuadrícula de fotos- y cómo nos hace sentir concuerde con sus valores.
En social media, o redes sociales, el branded content (contenidos vinculados a la marca) es lo más efectivo, pero hay que pensar la mejor estrategia para cada target (público objetivo). Se lleva el storytelling, es decir, contar historias, o también ofrecer tips (consejos). Hay que ser original, nada de copy/paste (copiar y pegar).

Twitter pierde influencia con sus trending topic. En cambio, si queremos captar a jóvenes podemos abusar de emojis y hashtag en Instagram y Tik Tok, con la información clave en la bio (presentación o descripción breve del perfil). El objetivo no es tener visitas, likes o followers por tener, sino que estos interactúen y acaben siendo clientes. Sobre todo, hay que evitar que un unfollow se convierta en un hater y no hay que difundir fake news para conseguir el clickbait (cebo de clicks). Podemos hacer estrategias call to action (pedir interacción) o dar contenidos en directo por streaming. El big data (grandes conjuntos de datos que se procesan para obtener información) y las cookies (datos enviados por los sitios web que se almacenan en nuestro navegador y que se utilizan con fines publicitarios) permiten segmentar y personalizar las acciones.

Los influencers llegaron para quedarse. Son personas conocidas que recomiendan productos en sus redes sociales. Pueden ser celebrities o solo reconocidos en nichos especializados. Y el último grito son los contenidos en audio, como los podcast, el gaming y los bot (programas informáticos de atención al cliente).

Lo importante es vender, ya sea con un portfolio de productos low cost (de bajo coste) o premium (de primera calidad). Hay que potenciar las online sales (ventas online) cuando se pueda, ya sea en la home page (principal punto de entrada de la web) o en un marketplace (web que ofrece productos de diferentes vendedores). Y se gana dinero si se utilizan bien las técnicas de upselling y cross-selling (ofrecer productos más caros o artículos complementarios).Muchas empresas ya tienen software de CRM (gestión de clientes) o un ERP (sistema de planificación de recursos, como la producción o la distribución). La información está en el cloud (en la nube) y se puede revisar a través del dashboard (cuadro de mandos). Y si no quiere vender online, puede escribir un blog, como Luis Riu, o insertar banners (espacios pubicitarios en internet).

El inglés también está presente en la estrategia offline: se puede hacer un showroom, un corner, un workshop o poner un stand en una feria con la ayuda de algún sponsor. Sin embargo, si quiere estar en la élite, lo que debe organizar es una hackathon, un encuentro colaborativo y lúdico de programadores con un objetivo de innovación y creatividad determinado. Después de la pandemia todo es más digital, aunque para algunas cosas seguimos prefiriendo el contacto face to face. No se hacen tantos viajes MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions) y para ganar eficiencia hacemos más videocalls (videoconferencias).

Eso sí, no hay vida estresada de empresario que un viaje no pueda curar. Ya sea un city break, un road trip o un viaje de alto standing. En un hotel, como decía Gabriel Escarrer Julià, lo más importante es la location. Puede pedir vistas al mar o room service con un upgrade, es decir, una mejora del servicio o categoría. También puedes pedir un early check-in o un late check-out. Las amenities serán plastic free.

Viajar está de moda. Forma parte del lifestyle del siglo XXI, igual que el shopping. Durante las vacaciones se relaja el outfit y hacer selfies, stories y reels se convierte en un must (obligación). Pueden reservar all inclusive y a lo mejor le sorprenden con un welcome pack. Las experiencias de bleisure (combinar trabajo y ocio) también están de moda. Permiten hacer networking y si hay photocall y comida, mejor, ya sea un catering de finger food o un brunch.

INVERSIÓN. El inglés también ha llegado a la inversión. Puede formar una joint venture con otra empresa, crear una startup u optar por una estrategia asset light (no tener piedra). Puede crear un holding, pero no descuide el core business. Cada vez hay más business angels, family office y fondos de private equity, venture capital o hedge funds buscando inversiones rentables. Y si no hay suerte, siempre está la opción de hacer un crowdfounding. Para reducir costes puede optar por un coworking en lugar de oficina propia, pero lo más común es el outsourcing, es decir, externalizar algunos servicios. Lo importante es estar alineados con los partners (socios). Y siempre viene bien estar en un cluster o un lobby (grupo de presión).

Y no se olviden de la sostenibilidad. No solo hay que tener profits (beneficios), sino también purpose (propósito). Hay que incluir en los business goals (objetivos) criterios ESG (Environment, Social and Governance), es decir, ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Y tiene que ser real, no un greenwashing (pretender dar una imagen ecológica que no concuerda con la realidad).
FYI (for your information, es decir, para su información): queda claro que el lenguaje en el mundo de los negocios está lleno de anglicismos. Ok.