La feria se celebró la semana pasada en Madrid - Archivo

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La proliferación de la competencia procedente de otros destinos que ofertan 'sol y playa' en el Mediterráneo, los altos precios de la restauración y las conexiones aéreas, son las principales amenazas que ve la Cámara de Comercio de Mallorca al turismo balear, que sólo se compensan por el hecho de que las Islas son veteranas en esa industria, se encuentran cerca de los principales emisores y gozan de una oferta hostelera variada y de calidad.

Así queda recogido en el estudio 'Una aproximación a los productos turísticos emergentes de las Illes Balears', que fue realizado durante dos años por un equipo de esta institución y fue dado a conocer ayer en la sede de la misma por su presidente, Joan Gual, en compañía del conseller de Turismo, Miquel Ferrer, quien afirmó "concebir las Illes Balears como un destino multiproducto", algo que recoge también el 'Plan de Marketing' de su departamento autonómico.

El informe constata científicamente que en las Islas se cuentan hasta 30 productos turísticos que, a pesar de que ya están implantados, podrían ser promocionados más intensamente "a corto plazo", lo que supondría un avance en términos de competitividad y, además, contribuiría a "diversificar los productos que ya tenemos consolidados", aunque no aborda la cuestión de la rentabilidad, que es el aspecto más preocupante.

En las Islas hay 30 productos turísticos ya implantados que podrían promocionarse a corto plazo, según precisó la experta, quien matizó que, de mayor implantación a menor, las modalidades de 'sol y playa', residencial, náutica, golf, cruceros, cicloturismo y buceo son las que gozan de mayor implantación por las buenas cualidades que observan los residentes de los países emisores en Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera. Algo en lo que, obviamente, no se distinguen del resto del Mediterráneo.

En una zona más 'amarilla', el estudio sitúa los productos turísticos que gozan de implantación pero que tienen más probabilidades de ser desarrollados, y entre los que se sitúan las modalidades de corte profesional, como son las reuniones --congresos, convenciones e incentivos--, así como la oferta lingüística a través de escuelas de idiomas y universidades, algo que se explota en Malta desde hace tiempo y con éxito.

Aún sin salir de esa zona de incertidumbre, el informe sitúa ofertas concretas como salud-belleza, juego, gastronomía, hotelería de lujo, compras, bodas, oleoturismo y enoturismo como posibles reclamos para "unos miles" de visitantes al año.

La oferta diferenciada, un camino a explotar

El estudio de marketing turístico contempla también entre los 'productos amarillos' la oferta destinada a ciertos colectivos, como solteros, mayores, parejas sin niños -o bien, que desean pasar unos días sin ellos-, familiar, LGTB -lesbianas, gays, transexuales y bisexuales-, que tienen en común el hecho de que, de uno u otro modo, buscan una oferta tanto alojativa como de ocio diferenciada. Dentro de esta categoría se incluyen los hoteles para mascotas.

Según la Cámara de Comercio, algunos destinos del Mediterráneo crecen a un ritmo que ronda el cinco por ciento en cuando a la evolución del número de turistas que los visitan, como es el caso de Túnez (4,7 por ciento) o Marruecos (7,4 por ciento); mientras que, en otros casos, el desmarque es mucho más pronunciado, con índices de hasta el 10 por ciento, en Egipto, o del 19,2 por ciento en el caso de Turquía. Por contra, España crece un 3 por ciento, con 59,1 millones de visitantes al año, sólo superada por Francia, con casi 82 millones. Aunque Balears es una región muy concreta y, por lo tanto, no es comparable con un estado, su ratio es de 9,8 millones de visitantes al año y, aunque es superior a la cantidad que reciben algunos países mediterráneos, el balance determina que pierde afluencia de turistas a un ritmo del -0,9 por ciento.