Jaume Matas en el momento de abandonar los juzgados de Vía Alemania. - IB3

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El juez José Castro suspendió todas las declaraciones previstas dentro del caso Palma Arena, eso es, la del ex presidente de Baleares,Jaume Matas, la de su esposa, Maite Areal, y del ex presidente de Endesa, Bartomeu Reus, a petición del abogado de los imputados, Rafael Perera, después de que hayan sido presentadas nuevas pruebas en forma de escuchas telefónicas.

Fuentes judiciales informaron a Europa Press que las declaraciones han quedado suspendidas para dar tiempo a las defensas para estudiar las nuevas pruebas. Las declaraciones se retomarán mañana a las 9.00 horas.

El ex presidente del Govern, Jaume Matas, llegó a las 8.50 horas a los Juzgados de Vía Alemania en medio de fuertes medidas de seguridad y más de 70 medios de comunicación aguardando su presencia a las puertas de las dependencias judiciales, donde estaba citado a declarar a partir de las 9.00 horas en calidad de imputado dentro del caso que investiga la posible conexión entre el presunto desvío de más de cincuenta millones de euros durante la construcción del velódromo Palma Arena y el supuesto incremento ilícito de su patrimonio.

Con numerosos agentes de la Policía Nacional impidiendo que se produzcan incidencias, el ex ministro de Medio Ambiente accedió a pie al edificio por la puerta trasera, al igual que su mujer, Maite Areal, su cuñado y ex tesorero del PP, Fernando Areal, y el ex conseller del primer Govern presidido por Matas y presunto testaferro de éste, Bartomeu Reus, quienes también han sido emplazados a declarar a la misma hora por el titular del Juzgado de Instrucción número 3, José Castro, encargado de las investigaciones.

El ex jefe del Ejecutivo balear, que llegó ayer a la capital balear tras un intenso fin de semana de reuniones en Madrid con sus abogados, Rafael Perera y Manuel Ollé a fin de preparar su defensa, hizo acto de presencia con aspecto sereno y rostro sonriente, aunque eludió hacer declaraciones a los periodistas congregados. "Buenos días", se limitó a decir el ex presidente, acompañado por su mujer y su letrado Rafael Perera.

Mientras tanto, la multitud de redactores, fotógrafos y cámaras de televisión acreditados para la ocasión, varios de ellos pertenecientes a medios nacionales, se agolpaban en un espacio acotado cercano a las puertas del Juzgado para poder grabar las imágenes de la llegada de los encausados, quienes han sido citados a la misma hora para evitar las comunicaciones directas o indirectas entre ellos, además de concentrar el acceso al edificio en un solo acto minimizando de este modo los problemas de orden público. "Esto sí que es una marabunta", comentaba un juez a su llegada a los juzgados ante tal expectación mediática.

Sin embargo, la declaración de Matas no sólo ha generado el interés de los medios sino que también ha despertado la curiosidad de numerosos ciudadanos que se agolpan a las afueras de las dependencias judiciales, y que al contemplar la aparición del ex presidente, a quien se le imputan nueve delitos castigados con hasta treinta años de prisión, han comenzado a gritar y abuchear al encausado. Una algaravía que precisamente ya se había dejado notar ante la llegada de los fiscales anticorrupción Pedro Horrach y Juan Carrau.

Nueve delitos
A tenor de las pesquisas realizadas, Castro, encargado de instruir el desfase económico en la ejecución de la considerada infraestructura estrella del PP con el incremento de bienes de Matas, atribuye al ex ministro un total de nueve tipos penales: prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, apropiación indebida, falsedad documental, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, un delito fiscal y otro electoral.

Por otro lado, Fernando Areal, cuñado del ex presidente del Govern, Jaume Matas, ha reconocido esta mañana que dio una opción de compra por valor de 100.000 euros por un piso situado en el barrio de Salamanca de Madrid, aunque cuando la adquisición iba a formalizarse, pasó el contrato al ex conseller y presunto testaferro del ex jefe del Ejecutivo balear, Bartomeu Reus, para que éste figurase como propietario de la vivienda en las escrituras.

Así lo puso de manifiesto en su declaración ante el juez durante una comparecencia que finalizó a las 11.55 horas pese a que se preveía aun más larga. Durante la vista, manifestó que hizo de intermediario así entre Matas y la constructora del inmueble, según informaron fuentes jurídicas.

Mientras tanto, aseveró asimismo que pagó 32.000 euros por las obras de reforma del palacete, vivienda que Matas posee en el casco antiguo de Palma y que se encuentra bajo investigación judicial. El dinero, dijo, lo entregó al constructor Juan Serra, que se había encargado además de la reforma de la sede del PP. Las investigaciones apuntan a que esta cantidad fue aportada en negro u opaca al fisco.

Por otro lado, preguntado por las presuntas irregularidades cometidas en torno a los servicios prestados por la agencia de comunicación Nimbus al PP durante la campaña electoral de 2007, negó haber abonado con dinero negro parte de esta campaña. En concreto, las pesquisas van dirigidas a averiguar si el Govern adjudicó sin concurso público diversos contratos a Nimbus y si esta empresa emitió facturas falsas con sobrecostes sin justificar, cobrando a cambio a 'precio coste' la organización de la campaña electoral del PP.

Según las investigaciones, el ex ex tesorero fue la persona que presuntamente sufragó con dinero negro -unos 70.000 euros en tres pagos- parte de la campaña electoral, de acuerdo a las investigaciones y al testimonio arrojado por el director de la agencia, Miquel Romero, aunque Areal negó, al igual que ya hizo en la declaración que efectuó el año pasado, que hubiera realizado estos pagos supuestamente irregulares. Se da la circunstancia de que el juez ha ordenado que los abogados apaguen el móvil durante el interrogatorio para evitar posibles injerencias.