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La Ley Agraria de les Illes Balears que prepara la Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern será una normativa por y para los profesionales del sector primario, en la medida que solo podrán beneficiarse de las facilidades que otorga los payeses que acrediten ingresos agrícolas superiores al 50 por ciento de sus rentas.

Esta es una de las principales condiciones para que una explotación agraria pueda ser considerada como «preferente» y, en consecuencia, pueda optar al desarrollo de actividades complementarias a la actividad agraria esencial, tales como el cambio de uso de edificaciones existentes para el fomento de las agroestancias o agrorrefugios, la venta directa de productos agropecuarios o la instalación de agroindustrias en suelo rústico para la transformación de la producción propia sin necesidad de una declaración de interés general.

Por y para el campo

De esta manera, los beneficios de la futura Ley Agraria quedan restringidos a las personas que, como apunta el conseller del ramo, Biel Company, «viven en el campo y del campo». Según fuentes de la Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori, estos profesionales del sector primario en Balears están «fichados» desde el año 1992 y suman un total aproximado de 370 payeses repartidos en las cuatro islas del archipiélago

Con la aprobación de la Ley Agraria –Company calcula que para septiembre u octubre– la industria de transformación agraria tendrá carácter de actividad complementaria cuando los productos elaborados o transformados tengan como origen ingredientes principales producidos en la propia explotación o en una agrupación de explotaciones preferentes.

«El objetivo es contar con un sector fuerte y dinámico que tire de la producción», aseguran desde la conselleria.

Otro aspecto importante es el remplazo del interés general por una declaración responsable, con la consiguiente eliminación de burocracia y reducción de los plazos administrativos a la hora de poner en marcha agroindustrias en suelo rústico. «Lo que no puede seguir ocurriendo es que para ejecutar inversiones como la construcción de una tafona o la ampliación de una bodega el payés tenga que esperar dos años», denuncia el conseller, al tiempo que reincide en la necesidad de contar con un sector fuerte y dinámico que tire de la producción.

«Si hay bodegas habrá viña y si hay tafones habrá olivos», resume el conseller de Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern.