El director general Miquel Deyà | M. À. Cañellas

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Miquel Deyà, director general d' Universitats del Govern balear, da la cara tras una semana caliente en la que la negativa judicial al proyecto del TIL ha terminado con Joana Maria Camps al frente de Educació.

Moderado y autocrítico, Deyà reconoce en una entrevista errores, pero también dispersa responsabilidades. «La consellera era la máxima responsable, pero ha habido mucha gente involucrada, en el Consultiu, la Abogacía o cargos de la Conselleria que también han tenido parte en la gestión de este decreto». Asimismo, indica que «el equipo de Educació tendríamos que meditar sobre lo que se ha hecho mal y nuestro papel en el futuro».

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Deyà, quien reconoce que en alguna ocasión ha pensado en dimitir, explica que «yo siempre he dado la cara de los temas que me tocaban. Cada responsable político debe dar la cara de sus competencias», en referencia a la incomparecencia de Camps y Bauzá al conocerse las sentencias y los autos judiciales.

El director general propone un acuerdo de mínimos para mantener a flote el curso y preservar «la paz social». Para ello se muestra partidario de negociar con los sindicatos y no con la Assemblea, de la que opina que «no representa a nadie más que a los que participan en ella. Es como si en el Parlament tuviésemos que negociar con Podemos para hacer una ley».

Deyá confirmó un leve incremento del presupuesto destinado a universidades, aunque considera «difícil» la creación de un grado de Medicina por motivos económicos.