Miles de personas se han unido a los actos convocados | Jaume Morey

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La marcha por la educación, organizada por la Asamblea de Docentes, y la Diada por la Llengua, por la Obra Cultural Balear, han confluido este sábado en Palma en defensa de la lengua propia y de la educación en catalán, y en contra de las políticas en ambas materias llevadas a cabo en esta legislatura.

Miles de personas han participado en ambos acontecimientos y se han unido en la Plaza de España, desde donde han partido en medio de un ambiente festivo hasta la Plaza Mayor, donde se ha desarrollado el acto central de la diada.

Unas 10.000 personas, según los organizadores, han recorrido desde Inca, donde ha comenzado la marcha por la educación por la mañana, pasando por Binissalem, Consell, Santa María, Marratxí, hasta llegar a Palma sobre las 18.00 horas.

«Ha sido un nuevo éxito colectivo», ha reivindicado uno de los portavoces de la Asamblea de Docentes, Iñaki Aycart, que ha afirmado que se han recorrido unos 120 millones de pasos, en alusión al lema de la marcha, «Hacemos pasos por la educación».

Aycart ha defendido la educación, la cultura, y la información como los puntales de la sociedad actual.

Con esta marcha, los participantes, ataviados con la camiseta verde reivindicativa, han querido denunciar todo aquello que durante la legislatura actual ha afectado de manera negativa el ámbito educativo.

La marcha, que ha exigido «un cambio en las políticas educativas para recuperar derechos fundamentales», ha sido apoyada por distintas organizaciones educativas y sociales afines, y políticas, entre ellas el PSOE, Esquerra Unida, Guanyem Mallorca, ERC y Podemos.

«Sí a nuestra lengua, sí a la cultura, sí al territorio y sí a los derechos sociales», ha sido el lema de la Diada per la Llengua -en la que han colaborado más de cuarenta entidades-, que han portado los representantes de la Obra Cultural Balear, acompañados sindicatos, Asamblea de Docentes y organizaciones afines.

El presidente de la Obra Cultural Balear, Jaume Mateu, ha asegurado que esta fiesta reivindicativa a favor de la lengua catalana es también una protesta contra las políticas lingüísticas y educativas del Govern en esta legislatura.

En este sentido, ha pedido un voto «reflexivo» hacia la ciudadanía que, han dicho, necesita empoderarse a favor de un cambio.

Ya en la plaza Mayor, abarrotada de gente y tras el paso de gaitas y tambores, se ha leído un manifiesto, en el que el que se ha recordado a Ramón Llull, de quien se conmemoran ahora los setecientos años de su muerte.

Aquí se ha criticado que en esta legislatura los derechos lingüísticos en las islas «han sufrido los ataques más despiadados y crueles desde la muerte del dictador».

Mateu ha aludido a «agravios y acometidas provenientes del gobierno de las islas que, por imperativo legal, debe velar por el uso, el conocimiento, la difusión y el prestigio de la lengua catalana».

El manifiesto ha cuestionado que la lengua haya sido «un elemento de conflicto», lo que la ha «confinando a los ámbitos domésticos y domesticados», ya que incluso ha sido segregada en la administración pública y reducida a la «mínima expresión en los medios de comunicación».

A pesar de ello, ha enfatizado, la respuesta de los balears ha sido «ejemplar por honorable, numerosa, persistente y sensata», porque ante «cada bofetada lingüístico», los isleños han puesto «la otra mejilla, la de la dignidad».

«Nunca callaremos ante ningún abuso o tropel a nuestros derechos lingüísticos y que cuando sea necesario diremos basta, basta de injusticia y de iniquidad, basta de mordazas, restricciones y retrocesos en materia lingüística», ha concluido.