El Govern prepara un documento específico para gestionar la apertura de comercios, pero la decisión sobre el calendario de apertura la tiene el Gobierno central: será Madrid quien decida cuándo vuelven a abrir estas actividades.

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Los ciudadanos de Baleares tienen que ir preparándose para un desconfinamiento largo, tranquilo y con estrictas medidas de distanciamiento social. Se propone ir autorizando primero actividades poco numerosas, como hacer deporte o dar un paseo, para ir abriendo después poco a poco otras con más participantes. También deberán tenerse en cuenta las edades de más o menos riesgo a la hora de autorizar salidas.

Habrá que respetar la distancia de dos metros en todas las actividades para mantener la «cultura de la protección», que también incluye mantener la higiene y usar mascarillas cuando la distancia no sea posible, según fuentes del Govern.

Por fases y asimétrico

Se trabaja en un desconfinamiento por fases que vayan de la recuperación de actividades sociales individuales, como pasear con los niños y hacer deporte, que podrían hacerse a unas horas determinadas y por tramos de edad, hasta la apertura de puertos y aeropuertos, que sería el último estadio. En medio, estarían las actividades sanitarias y educativas y el tejido comercial, que engloba la hostelería y la restauración.

En cualquier caso, en el Ejecutivo balear dejan claro que la decisión última sobre el calendario y las fases de estas desescalada es una competencia exclusiva de Madrid. Será el Gobierno quien decida qué y cuándo se abre, pero el Govern ya se está preparando para gestionar esa apertura.

Las Islas tienen dos comités técnicos que trabajan en paralelo. Uno de ellos se ocupa de las cuestiones sanitarias, y ese primer borrador es el que se ha entregado al Ejecutivo.

Este comité analiza la evolución de la enfermedad y va marcando las pautas sobre cuestiones como las necesidades de material sanitario o la recuperación de cierta normalidad en los recintos sanitarios, que es una de las primera medidas que se tomarán.

El borrador habla de un desconfinamiento tranquilo ante el temor a que un posible rebrote de la enfermedad coloque de nuevo al sistema sanitario de las Islas al borde del estrés máximo. Por ejemplo, se aprobará la reapertura de unidades básicas sanitarias que ahora están cerradas, pero con opción de volver a cerrar en caso de que se detecte un aumento de los casos.

El otro comité técnico ha comenzado los trabajos para gestionar cómo se hará la apertura de la actividad educativa y económica. Las fechas concretas las decidirá el Gobierno de Pedro Sánchez, pero el Govern también analiza otras cuestiones propias.

Turnos en los patios

Ese segundo comité técnico trabaja en cuestiones como si deben establecerse turnos para que los niños salgan en tandas diferentes al patio una vez que se reanuden los colegios o si los comercios deberán disponer de material para la higiene de los compradores y usuarios y medidad de acceso a comercios, bares y restaurantes.

Lo que sí es una prioridad absoluta para el Govern es que puertos y aeropuertos sean lo último en abrir y es aquí donde insisten en la asimetría con otras regiones: no es lo mismo abrir los aeropuertos de la península una vez aprobada la movilidad por carretera que abrirlos en Baleares.

Para que se abran estas dos puertas de entrada, el Govern considera imprescindible medidas complementarias de seguridad a las que se refirió Francina Armengol tras su reunión con Pedro Sánchez: arcos de control de temperatura, formularios para todo el que llegue las Islas y una posible puesta en marcha del pasaporte sanitario que indique si ya se ha pasado la enfermedad.