Isabel Juste, Nicole Haber y Rosa Sánchez explican el proyecto del 061.

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«Cualquier amenaza de suicidio es importante, no hay que banalizarla porque es un mecanismo de defensa antinatural. El ser humano tiende a sobrevivir y esa persona quiere lo contrario, no hay que tomárselo a broma». Rosa Sánchez es coordinadora y enfermera de Salud Mental en el 061 pero además integra el nuevo programa de Atención y Prevención al Suicidio en esta gerencia, desde donde advierte de un crecimiento en el número de incidentes.

En 2019 atendieron 1.933 llamadas relacionadas con tentativas de suicidios y en 2020, 2.170. «Ya vimos un aumento debido a la pandemia y este año, en marzo, se nos ha disparado», explican. Si en ese mes de 2020 registraron 141 incidentes, en el de este año han sido 212.

Con estas cifras en aumento, desde Salut se ha creado un grupo específico dentro del 061, que es la entrada de la tentativa de suicidio al sistema sanitario.

El objetivo es mejorar la atención integral garantizando una respuesta rápida y un mayor control durante el periodo de crisis de los pacientes. «Vimos la necesidad de hacer un seguimiento para ver si realmente se metían en esa red de salud mental o desaparecían», explica Isabel Juste, médico del 061.

De momento se ha creado una base de datos de pacientes para su explotación posterior; se han analizado las asistencias extrahospitalarias y se ha revisado el protocolo desde que entra una llamada. «Hay que aguantarla lo máximo posible hasta pasarla a un médico de la sala, ganar tiempo es importante. Los operadores están formados para eso, para mantener la calma y retener. Además hay que intentar que te den la dirección, el nombre para tener acceso a su historial y que el médico tenga datos para tomar una decisión sobre el recurso más adecuado», explica la doctora Juste. «La mayoría de los pacientes revisados ha entrado en los circuito. A la gente le reconforta que les llames porque se sienten acompañados. También intentamos ver si la familia necesita ayuda. Nuestra atención no es terapéutica sólo vemos si están bien atendidos», añade.

Y es que «el paciente a veces no llega donde tiene que llegar», explica la coordinadora del Proyecto Autonómico de Prevención de Conducta Suicida, Nicole Haber. Esta experta reconoce que «estamos en un momento desastroso» pero también advierte de que «tenemos recursos, el programa quiere asegurar la vinculación de la persona con los servicios de salud y comunitarios».

Sobre los efectos de la pandemia, «no sabemos todavía cómo va a reaccionar la población», asegura. Hay un aumento ligero de tentativas en adultos, «y lo que vemos, que nunca habíamos visto, es un fuerte incremento en niños incluso de 7, 8 o 9 años», afirma esta experta.