Alberto Salas está en un grupo de estudio sobre los factores del ahogamiento.

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Sin tener datos objetivos, el doctor Alberto Salas, pediatra en la UCI de Son Espases, se atreve a asegurar que Baleares «es una de las comunidades con más incidencia en ahogamientos infantiles». Si bien es cierto que se da el caldo de cultivo perfecto pues es una autonomía eminentemente turística, con mucha oferta de ocio y buen clima durante gran parte del año, lo que propicia el baño. «Somos de las comunidades que más casos vemos», advierte.

Quizás por este motivo se encuentra enfrascado en una tesis en la que analizan los factores y causas que los producen. De momento, lo que se ve es que «el pronóstico está condicionado por el tiempo en que el niño está sumergido, porque influye en la respiración y en la oxigenación del cerebro», señala. Si bien este factor es similar en pequeños y adultos, las causas del ahogamiento difieren. «Los niños se ahogan porque no saben nadar o porque lo hacen peor de lo que ellos imaginan, también porque les han perdido de vista», explica el experto.

A su unidad sólo llega «la punta del iceberg», se trata de los casos más graves que requieren ingreso y, «aproximadamente el 25 % termina con mal resultado», es decir, o bien tiene graves secuelas o fallece. En la UCI pediátrica de Son Espases suelen ver entre cuatro y ocho niños en estado crítico, cada año, por haberse ahogado. La mayoría de ellos entre 1 y 5 años, en el 90 % de los casos, dentro de una piscina. De ahí que los consejos de este especialista deban tenerse en cuenta. Lo fundamental, advierte, «es la reanimación lo antes posible». En este sentido, «es importante que los testigos la inicien, de forma básica, y llamen al 061, que inevitablemente tiene un tiempo de demora». Si quien presencia el ahogamiento ayuda, el pronóstico es mucho más favorable.

Sin embargo, más allá del tratamiento, el doctor Salas pone el acento en la prevención. En este sentido, «cuanto antes aprendan a nadar los niños, mejor», afirma. Pero ojo, «aunque vayan a clases de natación no pueden estar solos en la piscina, deben vigilarse, y debe ser alguien que sepa nadar y rescatar en caso necesario, un hermano mayor no vale», incide. Además de las aptitudes del menor, Alberto Salas señala otros métodos efectivos de prevención como es vallar las piscinas. Por su experiencia sabe que se dan muchos más casos en turistas, por lo que recomienda que se hagan campañas de prevención en los países de origen. «Hay que llegar a ellos de alguna manera», indica, pues «no basta dejar al menor solo con elementos de flotabilidad», añade. Respecto a los residentes, el doctor Roca recuerda cómo el servicio del 061 se ha introducido ya en las aulas para enseñar a los niños nociones básicas de reanimación cardiopulmonar que tendrá beneficios a largo plazo. Además, «profesores o pediatras deben alertar de los riesgos del agua», recomienda.