Imagen de archivo de una patera en las costas de Baleares.

TW
14

La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a dos años de cárcel a dos hombres por patronear una patera de Argelia a Cabrera con 15 pasajeros a bordo, si bien ha acordado suspender la pena de cárcel con la condición de que abandonen las Islas y no vuelvan durante un periodo de cinco años. En el juicio celebrado este jueves, las defensas de los dos procesados han llegado a un acuerdo con la Fiscalía por el que ambos han reconocido haber dirigido la embarcación hasta Cabrera. Así, los acusados, argelinos de 24 y 28 años, se han conformado con las penas de dos años de cárcel, cada uno, por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Inicialmente la Fiscalía, que sostenía que ambos formaban parte de una organización de inmigración ilegal, pedía una condena de cinco años de cárcel. Con todo, se les ha concedido el beneficio de suspensión de la pena con un plazo de garantía de cinco años. Esto significa que si vuelven a cometer cualquier otro delito durante ese tiempo, deberán cumplir íntegra la pena de cárcel suspendida hoy. Además, como segunda condición se les ha impuesto la prohibición de regresar a Baleares durante esos cinco años. El Tribunal ha dado a los dos hombres un plazo de 24 horas para que compren los billetes de salida y los presenten a la Audiencia a modo de justificante. De no ser así, se dictaría su ingreso en prisión.

Después de que los dos acusados hayan aceptado todas estas condiciones, el Tribunal ha ordenado que queden en libertad. La embarcación partió el 18 de junio de 2022 desde la costa de Argel y el viaje duró aproximadamente 30 horas. Los acusados han reconocido que manejaron por turnos el mando de la patera, una embarcación de unos seis metros de eslora con casco de PVC, provista de un único motor fuera borda de 40 caballos. Los pasajeros habían pagado entre 1.500 y 1.700 euros en dinares argelinos por el viaje a España. La patera fue detectada por agentes de la Guardia Civil en las inmediaciones de la isla de Cabrera, tras bajarse en el puerto algunos de los pasajeros. Fue finalmente interceptada con el motor parado, muy próxima a las rocas de la isla Conejera. Desde allí fue finalmente remolcada a puerto. Como detallaba la Fiscalía en su escrito, la embarcación era precaria y no se cumplían los mínimos parámetros de seguridad, sin chalecos salvavidas y sin más auxilio para la navegación que una brújula y un GPS