Desde el Banc de Sang hacen una llamada a la donación habitual, es decir que se acuda más de una vez al año, para estabilizar el sistema. En la imagen, un donante que le sacan sangre.

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Si el funcionamiento del Banc de Sang i Teixits de las Islas fuera el correcto, en una jornada de ocho horas se atendería a 200 donantes, 25 extracciones por hora. En un mes hábil habría 4.400 unidades en bolsas, lo que significa 52.800 en un año. Si nos fijamos en la situación actual, por cada ocho horas se atiende entre 100 y 120 donantes, casi la mitad de los necesarios para obtener resultados óptimos. En lo que va de año, el Banc dispone de 5.834 unidades, es decir 2.917 extracciones al mes, un 33 % menos que en una situación estable. Si esta fuera la tendencia, a final de 2023 habría 35.004 unidades de sangre, por debajo del mínimo anual, que son 38.000.

El Banc de Sang hace un aviso importante: no hay suficiente sangre y se necesitan más donantes porque a largo plazo, pongamos que a 20 años vista, la situación sería «muy dramática». La urgencia se focaliza en especial en el grupo sanguíneo 0+. Según las cifras de la entidad, en estos momentos se necesita un 36 % más de donantes de este grupo, ya que el stock actual es de 143 unidades. Es una cifra que preocupa a los profesionales, puesto que la demanda en los hospitales es cada vez mayor.

Las reservas en el Banc de Sang están ahora mismo en un 60 % de unidades de glóbulos rojos. En cifras, hay 604 bolsas cuando lo más apropiado es que haya en torno a mil. Los grupos 0+, 0- y A+ están muy por debajo de las unidades necesarias y por ella llaman a la donación.

La mitad de donantes

El número de donantes nuevos debería estar en unos 4.500 anualmente. Los últimos datos que se extrae de la entidad sin ánimo de lucro nos advierte que, tras la pandemia, las nuevas fidelizaciones han caído un 50 %, esto es, unas 2.000 personas al año: «Desde 2020 hasta la fecha en total hemos tenido 7.000 donantes menos», asegura el gerente del Banc de Sang i Teixits, Ismael Guitiérrez. Para entender esta caída tan drástica en estos últimos dos años existen diferentes factores: que se diagnostiquen más enfermedades en la población donante que antes, debido a los retrasos médicos que provocó la crisis sanitaria, o diferentes campañas que se tuvieron que hacer esta vez sin pasar por centros educativos y sin disponer del autocar para donar en la Plaça d’Espanya, como era habitual ver antes de la COVID-19.

Las consecuencias han hecho que sean los donantes fijos los que tiren del carro en los peores momentos. «Lo que sucede al no haber nuevos inscritos es que se consiguen más donaciones con menos donantes, es decir, a través de los habituales», explican fuentes de la entidad. Advierten de que si esto sigue igual llegará un momento en que «los que son fieles dejarán de donar» por exceso.

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Las circunstancias en otras comunidades es similar en cuanto a número de reservas y donantes que en Balears. Si observamos la evolución de las donaciones desde 2012 hasta 2022, aparece una importante bajada en el año de la pandemia, que incluso ya se daba en los dos años anteriores, si bien es cierto los números han bailado en casi todo este periodo en las 37.000 donaciones, por debajo del mínimo que se necesita (38.000). El Banc de Sang cerró 2022 con 37.403 unidades extraídas, una ligera bajada en comparación a 2021, año, sin duda, de recuperación.

Una persona puede ser donante si tiene entre 18 y 65 años, si disfruta de buena salud y pesa más de 50 kg. A pesar de ello, el número de donaciones por año es distinta en ambos sexos. Las mujeres pueden acudir tres veces, mientras que los hombres cuatro. Fidelizar a la gente joven sigue siendo todo un reto para los bancos de sangre. Es un problema generalizado en otras comunidades debido a una realidad que cada vez será más visible: que la población envejecida se ensancha cada vez más. A esto se le suma las nuevas tendencias de vida, como viajes a sitios remotos, que impide estar un año al margen de las donaciones. Por eso crece el número de campañas de concienciación. El Banc de Sang ha realizado unas 388 más desde 2019. La idea, según apunta el propio responsable de la entidad, es que este año vaya encaminado a ir cuesta arriba y aumenten las estrategias.

Estabilización

«Creemos que 2023 podría ser el primer año estable, pero la cruda realidad es que si no tenemos más interés por donar nuestro sistema no será viable», lamenta el gerente, que recuerda que cada vez hay más enfermedades que requieren transfusiones: «La cantidad de enfermos que necesita sangre es bestial, y esto parece ser que irá a más». En todo caso, el funcionamiento de las citas previas, sistema digital que se puso en marcha en la pandemia, ha permitido no solo reducir las colas, sino blindar más el compromiso del ciudadano. Para las donaciones de sangre, cabe recordar que también está la posibilidad de hacerlo por aféresis, un modelo especial por el que se extraen selectivamente varios componentes de la sangre: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. No es menos importante que la donación de sangre completa, la más común. En este sentido, desde el Banc de Sang destacan los beneficios que tendría este tipo de selección para los enfermos que más exigen un transplante.

De hecho, para este 2023, el Banc de Sang se adhiere a las nuevas líneas de actuación que se llevarán a cabo en todo el país, entre ellas participa en el Plan Estratégico Nacional para la Autosuficiencia en Plasma. El objetivo es incrementar el número de plasmas para conseguir medicamentos hemoderivados, capaces de salvar a personas con enfermedades raras y crónicas.

Un nuevo enfoque de las donaciones de médula: mejor calidad que cantidad

Los nuevos planes de las donaciones de médula ósea se están enfocando más hacia donantes de calidad que no en buscar cantidad. Esto significa, en palabras del gerente del Banc de Sang i Teixits de Balears, Ismael Gutiérrez, que «las mejores edades para donar están entre los 20 y 25 años porque cuanta más capacidad tengan y calidad, mayor éxito de compatibilidad habrá con el futuro donante». En este sentido, sí que reconoce que hay una «muy buena base internacional de donantes de médula ósea».