«Antes te daban a lo mejor un euro, ahora, como mucho, te ofrecen redondear el precio unos céntimos, quizá unos 5 céntimos de propina», afirma Bàrbara Sansó, camarera de la cafetería Blat Madur de Palma. En el local, el 80 % de los clientes paga ya con tarjeta, «incluso para comprarte una barra de pan de cincuenta céntimos». De estos, Sansó calcula que alrededor de uno de cada diez ofrece algo de propina.
No son los únicos. Sin ir más lejos, la hija de Bàrbara Sansó trabaja en un hotel de super lujo en Deià y asegura que «también ha notado la reducción de propinas que dejan los turistas», incluso en este sector de lujo, con clientes de alto poder adquisitivo. «Por un servicio en el que les exigen mucho, a lo mejor les dejan como mucho cinco euros. Si ellos se quejan, imagínate en las cafeterías de barrio».
Un agradecimiento
Para los trabajadores de la hostelería, las propinas han sido tradicionalmente un importante ingreso a tener en cuenta. Sin embargo, el cambio de tendencia que se viene acentuando en los últimos años, las ha reducido notablemente, hasta convertirlas en algo muy ocasional y simbólico. En este sentido, la camarera del Blat Madur recuerda: «Para nosotros, que nos dejen algo, aunque sea pequeño, es un gesto de agradecimiento por el buen servicio prestado. Nos esforzamos cada día en mostrar nuestra mejor cara ante el cliente, en mantener una breve charla, en conectar con ellos, no solo en servirles un café. Es mucho más que eso y es con la propina con lo que se demuestra. Aunque dejen dos céntimos, ya se agradecen».
La propuesta de sugerir la propina en la factura, y que no pase desapercibida ante la cifra del datáfono, de momento no la llevan a la práctica los negocios de barrio. Se percibe entre algunos clientes como una forma fría y un tanto impuesta, pero tampoco descartan por completo su implantación en los próximos años.
14 comentarios
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... convendría que le pidieses a tu jefe que te redondeara un poco tu sueldo, y asunto liquidado...
Por lo comentarios que estoy leyendo puedo analizar que no tenéis ni idea. Se nota que habéis salido poco de Menorca y sois de la cofradía de la virgen del puño. La propina se debe dejar por un buen servicio y el cliente lo debe considerar. Entiendo que en la mayoría de los bares de Menorca que en muchos el servicio deja mucho de desear. No te saludan al entrar que por educación es lo normal, esperas infinitas al servirte. Nada de tapas. Como máximo una patada al olivo con unas aceitunas y cuando te descuidas te dejan sin comer porque no hay suficiente comida para atender a toda la demanda, en definitiva poca profesionalidad. Pero cuando vas a la península y entras en la mayoría de los bares y te das cuanta de lo amables que son, tapas por doquier y buenísimas, locales en condiciones trabajadores que te atienden en dos minutos y que están para ayudarte te das cuenta de los bien que te has sentido en su bar y dejas propina y encima vuelves y recomiendas a tus amigos. En un bar se haces muchas cosas no solo comer y beber. Comemos, bebemos, hablamos, vamos al baño nos reunimos, trabajamos, cenamos bailamos y así infinidad de acciones. Por eso para toda esa gente que no deja propinas que se va a un take away que no te dan ni servilletas ni puedes lavarte las manos porque no hay baño. En definitiva salir y probareis los bueno que no entendéis. España es un país de bares.
Y quien puede dejar propina con la que está cayendo??? Gracias que sigamos dandonos algún capricho
Pues ya puedes estar contenta.......
La propina es un insulto a la profesionalidad. Las personas deben cobrar un sueldo acorde a su cualificación. Nadie tiene que darte un extra. A veces me lo ofrecen y considero que no están valorando realmente mi esfuerzo. Se piensan que dándome una propina se creen superiores y merecedores de la máxima atención. Yo doy la máxima atención porque es mi obligación.
Yo digo que el precio de las cosas las pone el que vende, y si estas de acuerdo pagas el servicio prestado, no me gusta la voluntad ya que esta es nula y, no me hace gracia tener que dar algo que no he comprado.- A sí el día que en un servicio de bar o restaurante me sirvan un servicio que tiene un precio fijado, no pienso pagar ni un céntimo más, más que nada por que la propina da lugar a que te juzguen, si es poco o mucho y, eso nunca lo consentiré, he pagado el servicio y, si te vi no me acuerdo. Otra cosa es que el personal trabajador cobre un sueldo digno, ningún albañil, fontanero o tractorista, se le ocurriría pedir propina
Es decir que un café en casa te cueste 0'15 céntimos, te vas al bar y te cobran 1'50 euros y encima porque te dan los buenos días y hablan contigo debes dejar propina. Muchos bares cerrarán si esa es su filosofía. Al final daremos gracias para que no te escupan en el café.
Pago con tarjeta, todo en blanco y ben claret, porque ahora lloráis con que apenas caen propinas pero hago saber que las propinas también hay que declararlas, y mucho me temo que nadie lo hacía. No pienso pagar absolutamente un céntimo de más por un servicio que ya estoy pagando, y si lo hago es porque quiero pero ni mucho menos se me puede recriminar no hacerlo
Sra. Bàrbara Sansó, ¿Cuántas propinas ha pagado usted a fontaneros, carpinteros, pescaderos, carniceros, barrenderos o fisios? ¿Por qué un camarero es merecedor de una remuneración extra y las demás profesiones no? En el artículo se habla de que es tradicional. Torturar y matar toros o lanzar una cabra desde un campanario también son tradiciones y no por ello son buenas. No es el cliente quien ha de compensar que su salario sea bajo (si lo es) o quien ha de repercutir en el camarero un sobresueldo. La idea de sugerir una propina me parece tan avergonzante como pedir una limosna.
El solomillo de ternera que antes de la pandemia costaba 21 euros, ahora te cuesta casi 27 sin iva. Es solo un ejemplo pero como esto, todo.