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Hay una diferencia sustancial en esta primera negociación de la derecha y la extrema derecha para gobernar Balears y otras anteriores:no se está abordando la situación de las instituciones de manera conjunta. Las negociaciones en Palma van por un lado, las del Govern acaban de empezar y van por otro y las del Consell ni siquiera han empezado. En las las negociaciones prepactos que se habían hecho hasta ahora todo iba en un paquete, ya fuera una negociación del PP-UM, una del Pacte-UM o una de la izquierda en solitario.

En esta no pasa eso y probablemente esta novedad tenga que ver con quién manda en cada uno de los partidos que negocian. En el PP manda Marga Prohens por delegación de Alberto Núñez Feijóo, pero ¿quién manda en Vox? La respuesta es tan complicada que al final resulta obvia. En Vox Balears hay una multiplicidad de mando debido a las conocidas malas relaciones que existen entre los dos líderes del partido en las Islas, Jorge Campos y Fulgencio Coll, mientras el resto de mandos intermedios tratan de salir ilesos y que no les toque una bala perdida en medio de este fuego cruzado.

Se supone que manda Patricia de las Heras, la presidenta ‘provincial’. Pero la respuesta obvia es que hay un mando único, que aquí quien manda es el único que manda: Santiago Abascal, que ha enviado a Palma a una negociadora para tener bien controlado qué se decide. Lo primero que hizo, por cierto, fue endurecer la negociación cuando los mensajes de Fulgencio Coll eran que no pondría pegas para que Jaime Martínez fuera alcalde y los de Jorge Campos parecían ir en la línea de conformarse con la Presidència del Parlament y no entrar en el Govern.

Que mande Jorge Campos complica la negociación con el PP. De momento, dicen que lo de Murcia ha enfurecido al líder de la formación, que no está dispuesto a pasar por una nueva «humillación» en Balears. Que eso vaya a tener consecuencias en las Islas, con un empecinamiento en los postulados del partido, es algo que se verá en los próximo días.  De momento, nada se sabe a ciencia cierta, ni siquiera la fecha de constitución del Parlament. Tampoco si Jorge Campos se va o no al Congreso de los Diputados, que es otra de las claves de todo lo que está pasando.