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Nervios y mucha tensión es lo que se vivió este viernes por la noche en el vuelo Marsella-Eivissa de Ryanair. Según explican pasajeros de este vuelo, una vez en tierra la tripulación no permitió el desembarque porque al parecer se había producido un robo de un teléfono móvil a bordo.

Tras más de tres cuartos de hora de espera y con muchos nervios en el ambiente, los pasajeros vieron cómo estaba la Guardia Civil en la pista, a pie de avión, y se bajó una pasajera que finalmente resultó detenida, no sin antes mostrar resistencia y tirarse al suelo.

Tras este incidente, se permitió el desembarque al filo de la media noche.