Gonzalo Adán. | UIB

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Gonzalo Adán (Valencia, 1962) tiene claro que en la campaña del 23-J se han creado expectativas falsas por la proliferación de encuestas engañosas que han creado un marco ficticio que fue desmontado por los resultados electorales del domingo. El director del Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), que elaboró en exclusiva los sondeos para este diario, reflexiona sobre el sector y el nuevo escenario.

La mayoría de las encuestas han fallado ¿Qué ha pasado?
—Ha habido algunas encuestas, entre las cuales no se incluyen las nuestras, que han ido a rebufo de las otras. Ha habido una especie de sesgo de consenso, donde todo el mundo se ha pasado de largo para no quedarse corto por miedo. Al PP le ha ido muy mal la última semana, especialmente, cuando ha ido perdiendo un escaño por día. Si a media campaña tenía 145 escaños, según datos buenos y fiables, a la mitad los empezó a perder hasta quedar en 136.

El tan criticado Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha sido el que más se ha aproximado.
—No estoy de acuerdo porque la horquilla que usaron era tan enormemente grande que acertar de esta manera le quita todo el mérito. Así atinas seguro, pero de todos modos falló, porque daba como ganador al PSOE y finalmente el PP ha sido el partido más votado.

Las predicciones del IBES para Baleares han dado en clavo.
—Fuimos criticados por Vox porque ellos decían que sacarían dos escaños, y nosotros uno, como así ha sido; desde Sumar nos dijeron lo mismo, pero nos mantuvimos en los resultados de la encuesta. Si el voto del Censo de Residentes Ausentes en el Extranjero cambiara algo, sería a favor del PP, que sacaría cuatro, y seguiríamos acertando. El trabajo se ha hecho bien. El mérito también es de Ultima Hora porque confiasteis en esos datos, os mojasteis diciendo que habría un fortalecimiento del bipartidismo y que el resto de partidos quedarían a la mitad. De hecho, hemos quedado biena nivel estatal, por encima del resto de encuestas que se han colado.

¿No cree que hay un exceso de sondeos y que, además, se politizan deliberadamente?
—Sí, hay más encuestas que nunca y esto debe de revisarse. No es normal que haya tantas porque la mitad son malas, fake. No las paga nadie y no sabemos si son inventadas. Esto ha hecho mucho daño al sector, que debe de hacer un pensamiento y ver quién hace relleno. Todos los medios quieren tener su titular editorial. No verás encuestas de un diario de derechas que ponga mal a la derecha, lo mismo ocurre con los de izquierdas. El titular se politiza, incluso los datos y las declaraciones.

Los resultados se leen de una determinada manera para crear un relato interesado.
—Efectivamente, pero hay un límite. Si el dato es demasiado falso, tu propio relato se va al traste. Hay que trabajar con datos serios y periodistas que no los manipulen. El PP tuvo una primera semana plana, subió tras el cara a cara, y luego fue a la baja porque cometió muchos errores, fundamentalmente el de no ir al debate de todos los candidatos.

¿Por qué cree que España es uno de los países donde se encargan más encuestas?
—No hay ningún tipo de regulación y hay más medios que en ningún sitio. Hay muchos que son hojas parroquiales, que no sabes muy bien quién los financia y que, aun así, disponen de una encuesta. Un sondeo bien hecho, como mínimo, cuesta 4.000 euros. Te preguntas cómo es posible que los tengan, sobre todo para crear un titular que se quema en un día, no dura más. Todo esto ha quedado al descubierto tras el 23-J.

¿Qué valoración hace de los resultados electorales?
—Enorme decepción y frustración en el PP y Vox porque pensaban que podrían gobernar. De ahí la importancia de crear expectativas reales y no falsas. El PP gana, pero no suma. Los dos partidos sufrirán una gran crisis interna, más intensa en el caso de Vox, con consecuencias. En un 90 % habrá gobierno Pedro Sánchez porque, a pesar de que Carles Puigdemont parezca que se niegue, un adelanto electoral es algo demasiado grande de asumir. Si supiera que podría ganar, ahora diría que no pacta con prófugos y, de paso, limpiaría su imagen. Sin embargo, no tiene claro que pueda ganar; la negociación durará meses.

¿Y sobre panorama en Baleares?
—El PSIB está mucho más fuerte de lo que parece. No es el PP de 2019, que estaba muy débil. Francina Armengol no tiene que hacer el trabajo titánico que hizo Marga Prohens. El PSIB mantiene estructura municipal, no está muerto, está muy vivo.