Un transeúnte pasa por delante de establecimientos comerciales en la calle Sant Miquel de Palma. | E. Fueris / A. Mateos

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La cuesta de septiembre se está haciendo especialmente empinada este año, con un inicio del curso escolar que va a tener que compaginarse con los gastos inevitables del día a día, cada vez más desorbitados. Al dispendio que supone llenar la cesta de la compra o el depósito de gasolina se suma la vuelta al cole, por lo que las familias ya han empezado a hacer malabares para cuadrar las cuentas. Y eso se está traduciendo, entre otras cosas, en una retracción del consumo.

Así lo aseveran los propios comerciantes. «Es evidente que nos está afectando: el mes de agosto no ha sido un buen mes porque ya había mucha gente que estaba centrando sus gastos en la compra de libros y material escolar», señala el presidente de la Asociación de la Federación de Empresarios de Comercio de las Islas Baleares (Afedeco), Antoni Gayà. Además, para las familias «supone siempre un gasto inesperado por así decirlo, aunque sepan que va a estar ahí; siempre se afronta en el momento del inicio del curso escolar».

La Organización de Consumidores y usuarios (OCU) ha estimado un gasto medio de 2.189 euros por cada hijo escolarizado, cifra que integra las medias anuales de centros públicos (1.060 euros), concertados (3.045) y privados (7.030). Asimismo, además de cuotas, matrículas, libros y material escolar, se incluyen gastos como el comedor o las actividades extraescolares.

«Las familias suelen tener uno o dos hijos y todo ese gasto, por descontado, afecta al resto del consumo: bar, cafeterías, ropa... Todo lo que no es indispensable se ve afectado», indica Gayà.

Esa alteración de los hábitos de consumo se puede constatar también en la manera de confeccionar la cesta de la compra. Joan Carles Moll, director del Mercat de l’Olivar, asegura que estas últimas semanas han constatado una bajada en la afluencia de clientes locales.

«Cada año pasa lo mismo: el mes de septiembre es el más complicado y lo comprobamos con una bajada de ventas bastante clara», explica para añadir que la espiral inflacionista del último año y medio sigue alterando los hábitos de consumo de los baleares, entre otras cosas, decantándose por productos de gama inferior. «La gente adapta la compra al bolsillo», señala Moll.

Con todo, el escenario que plantea la vuelta al cole es diferente; durante estas fechas, más que reducir el volumen de compra o decantarse por productos más baratos, «lo que la gente hace es venir menos al mercado». A esta bajada de la afluencia, además, ha contribuido el hecho de que el Mercadona ubicado en el Mercat de l’Olivar esté en obras.

«La cuesta de septiembre siempre se nos hace muy dura y el inicio del curso escolar es un factor más»
Miquel Àngel Salvà, PIMEM-Comerç

Miquel Àngel Salvà, presidente de PIMEM-Comerç, señala que «la cuesta de septiembre siempre se nos hace muy dura». No solo por la cuestión del inicio del curso escolar, explica, sino por todo un cúmulo de factores que hacen del tramo final del verano un periodo duro para los comerciantes: reducción del turismo, contención del gasto de los residentes tras las vacaciones... «Los consumidores locales que han gastado más durante las vacaciones se lo piensan más antes de sacar la cartera. La vuelta al cole es solo un factor más».

La Direcció General de Consum del Govern -adscrita a la Conselleria de Salut- emitió ayer unas recomendaciones de cara al inicio del curso escolar, entre ellas, revisar el material escolar, reciclar todo lo que sea posible e «ir comprando escalonadamente» (especialmente ropa y calzado) con tal de evitar dispendios innecesarios.

Así, se recomienda hacer un inventario del material del curso anterior para comprobar si es reaprovechable. Todo aquel que no lo sea «se puede dar a personas cercanas u organizaciones sociales». Asimismo, se insta a planificar las compras, elaborar presupuestos previos y comparar precios y calidades de diferentes establecimientos.