Jaime, Guillermo, Daniel y Marisa, preparados para entrar en acción. | J.A.R.

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Con motivo de la presidencia española de la Unión Europea, está previsto que se celebre en Palma una cumbre de turismo. La jornada de trabajo está fijada para los próximos 30 y el 31 de octubre y contará con la asistencia de los 27 ministros de Turismo. Por ese motivo, la Policía Nacional ha puesto en funcionamiento todo un operativo de seguridad por tierra, mar y aire. Pero no todo se centra en la capa superior, también se está revisando minuciosamente la cota cero. Los responsables de hacerlo son los hombres y mujeres del ‘equipo topo’, la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional.

Jaume Sempere (subinspector y jefe de la unidad), junto a Marisa, Dani y Guille son los especialistas en la vigilancia y control de las entrañas de la capital balear. Con casi 60 años de historia hay cosas que nunca cambian. El uso de la red de alcantarillas y túneles por la delincuencia es algo que se viene produciendo desde hace décadas. Los riesgos, desde el punto de vista policial, son las intrusiones, sabotajes, atentados y butrones.

El riesgo de sabotaje o de atentado sería fácil de eliminar si se neutraliza el riesgo de intrusión, pero sin embargo, el alcantarillado urbano de Palma tiene un sinfín de ramificaciones y también una ingente cantidad de puntos de acceso que implica una exhaustiva revisión de los ‘Topos’ de la Unidad de Subsuelo. Un equipo de Ultima Hora ha compartido una jornada de trabajo con los hombres y mujeres de la unidad.

Zona sensible. Los agentes de la Policía Nacional inspeccionan con frecuencia los antiguos aljibes, datados del año 900, al encontrarse bajo el Parlament, la Seu y el palacio de la Almudaina.

Tras recibir las instrucciones y formación básica nos colocamos las medidas de protección, casco, linternas, cuerdas etc... y enganchados al trípode descendemos a unos diez metros de profundidad en caída libre. El acceso es complejo y muy estrecho. Se realiza a través de una compuerta ubicada en el calla Palau Reial, a escasos 10 metros de la puerta de entrada al Parlament de les Illes Baleas. De hecho, para poder entrar uno de los vehículos oficiales de la institución balear tuvo que ser retirado. Nos adentramos en los antiguos aljibes del palacio de la Almudaina y Parlament. Datan del año 900 y en estos momentos están vacíos y las vías de entrada de agua tapiadas. Se trata de una nave majestuosa que cuenta dos niveles de altura y a la que tan solo se puede acceder por una compuerta fijada a diez metros de altura. Al tratarse de una zona sensible solo puede acceder la Policía Nacional o personas con su autorización.

Una vez abajo, nos encontramos diferentes infraestructuras subterráneas que conviven en el entresijo urbano de la ciudad que abren un espacio temporal que nos hacen retroceder décadas, e incluso algunos siglos. El equipo policial desciende tomando grandes medidas de seguridad y armados. «Hay que evitar atentados terroristas o sabotajes. Nosotros no somos rescatadores, nuestra misión es policial y velar por la seguridad de los ciudadanos desde la cota cero», concluye el subinspector.