Antich y Armengol este miércoles | miquel angel canellas

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La presidenta del Congreso, Francina Armengol, abogó este miércoles por la revisión y reforma del Estatut d’Autonomia de Balears, que ha cumplido 40 años, y apuntó al federalismo como fórmula de organización del Estado.

Armengol se expresó así en un acto convocado por la Fundaciò Gabriel Alomar. Su apuesta por el federalismo, la reforma estatutaria y también la de la Constitución –que tampoco obvió– no es una novedad, tampoco del PSIB del que es su secretaria general, pero el cargo que ocupa ahora y el momento político le otorga una nueva dimensión.

Armengol reflexionó sobre las cuatro décadas de vigencia del Estatut y sobre el modelo territorial junto a Francesc Antich, presidente del Govern en dos ocasiones y de quien la presidenta actual del Congreso se proclamó heredera. Y no sólo eso, Armengol recordó que fue el PSIB quien empezó a poner sobre las mesa propuestas que ahora han sido asumidas por el PSOE y que son claves: los pactos y el reconocimiento de la pluralidad. «España es un país diverso y plural», aseguró. Tanto Armengol como Antich recordaron a Joan March (dirigente histórico del socialismo balear presente en la sala) y a quienes, en un lejano 1983, promovieron la corriente Socialismo y Autonomía, cuyo documento teórico se convirtió en referente del partido.

Lengua: ningún retroceso

La también expresidenta del Govern se remontó a la Transición y recordó, «porque en estos momentos es importante recordarlo», que la Constitución nació de un pacto y de ella derivan los estatutos de autonomía y el reconocimiento de la identidad vasca y catalana. Y que dotar a Euskadi y Catalunya de ellos, en aquel momento de autogobierno, propició para el resto de comunidades mecanismos para igualmente desarrollarse. «Negar esto es negar la Constitución», apuntó.

Tanto Armengol como Antich añoraron una derecha dispuesta a acompañarles en las propuestas de reforma. «Una derecha más europea», dijo Antich y que apoye también la lengua propia del la Comunitat, «y no oficinas raras», en alusión clara a la propuesta de la ultraderecha.

La presidenta del Congreso también se refirió a este asunto. Y dijo que no se pueden permitir «de ninguna manera» los recortes en materia lingüística y de normalización del catalán.
Armengol, después de referirse al uso de las diferentes lenguas en el Congreso, reivindicó un Estado «integrador, comprensivo» y que «abraza la diversidad» frente a la España «que impone una idea única e intolerante»