Merche Cimas, psicóloga especializada en adolescentes en Palma. | @_rosaoliva_

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Casi uno de cada cuatro niños tiene teléfono móvil en España y al cumplir los 11 la mitad posee ya un dispositivo inteligente propio. A los 12 años de edad ya superan el 75 %. Los datos, extraídos de la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el uso de dispositivos inteligentes han alimentado un debate público que una minoría de familias ya tenía en la cabeza. Padres y madres de toda España se están organizando para intentar cambiar las tendencias y retrasar la edad a la que los niños y adolescentes tienen su primer móvil.

En Baleares ‘Adolescència sense móbils’ ha puesto el foco en el fenómeno y ya ha conseguido que el Parlament (a propuesta de Més) inste al Govern a realizar un plan piloto de centros libres de móviles así como un listado oficial de los colegios e institutos que permiten y prohíben su uso, porque ni siquiera existe una base de datos actualizada sobre su incidencia.

Los profesionales de la salud llevan tiempo alertando de que los niños y especialmente las niñas llegan a sus consultas a una edad cada vez más temprana con trastornos graves directamente relacionados con el uso de teléfonos móviles en la infancia. Es algo que ocurre también en Baleares. La psicóloga Merche Cimas ofrece este miércoles 13 de diciembre a las 20 horas desde su perfil de Instagram la charla ‘Adolescencia libre de móvil’ con la que trata de profundizar en el debate y advertir sobre el aumento y adelanto de los trastornos alimentarios, incluso en edad infantil. También sobre la hipersexualización de las niñas.

«Hace tiempo que estamos viendo en las consultas los efectos que tiene dar tan alegremente un móvil a un niño que no tiene por qué tenerlo. Es algo que ahora ha explotado en la calle, pero que desde antes de la pandemia notamos los profesionales de salud», dice la experta.

«Empezamos a ver algo muy peligroso, niñas con trastornos de conducta alimentaria tipo anorexia que con 11 o 12 años ya están ingresando en Son Espases. Antes las niñas debutaban con 14 o 15 años, nunca había visto de menos edad y ahora tengo muchas. No hablamos de casos leves sino de casos graves hasta el punto de que están con tratamiento en Son Espases», avisa Cimas.

La psicóloga explica que «a esas edades tan tempranas las niñas no tienen una identidad creada y no tendrían que tener en la cabeza un modelo del cuerpo que deberían tener. Esto es algo gravísimo y está directamente relacionado con el impacto visual del TikTok».

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Avisa de que «se ha creado una necesidad de tener móvil en la infancia y adolescencia cuando en realidad a esas edades no lo necesitan para nada. Un niño de 11 o 12 años no solo no necesita un móvil sino que legalmente no puede tener aplicaciones como Whatsapp. Si hiciéramos las cosas de manera legal tendríamos que darle un teléfono que no permita instalar ninguna de esas aplicaciones, ni Whatsapp, ni Instagram ni TikTok y sabemos que un móvil que solo permita hacer llamadas es un móvil que ningún niño o adolescente querría».

La experta explica que «me llegan niñas que con 6 o 7 años ya reciben el impacto visual del TikTok utilizando el móvil de sus madres. Así generan la idea de lo que es una mujer atractiva». Según Cimas «esa idea de la mujer atractiva viene más por el impacto del móvil que a través de la televisión donde siempre ha existido y continúa, pero no se recibe de forma continua. En la tele puedes ver un anuncio concreto pero una niña de 8 años normalmente está viendo dibujos en la tele, no personas reales. en TikTok reciben un impacto visual cada cinco segundos».

También preocupa a los psicólogos la hipersexualización a edades tempranas de las niñas y niños. Avisan que la edad media a la que los niños acceden por primera vez al porno son los 7 años. «Ni siquiera a los 11 años los niños tienen autocontrol, no lo ven peligroso y lo empiezan a normalizar. Se están sexualizando muy temprano. Con 11 y 12 años los menores hablan de relaciones de pareja de una manera adulta y eso tiene mucho que ver con el mundo online. No hace falta que busquen porno, les llegan los vídeos por whatsapp, lo hemos visto con el caso del País Vasco», dice la experta.

Los problemas para centrar la atención entre niños y adolescentes son otra de las consecuencias del uso temprano de los dispositivos inteligentes. «Si los menores tienen móvil desde los 12 cuando cuando acaban la educación primaria, cuando cumplen 14 o 15 y requieren estudiar más en serio tienen problemas para concentrarse. Interrumpen la línea de pensamiento porque les están llegando avisos en el móvil. Ellos mismos nos lo dicen y parte del fracaso escolar viene de ahí. Tenemos una generación acostumbrada a la imagen sin texto, incluso las redes han mutado y van dejando de lado al texto. Tenemos niños y adolescentes que llevan cinco o seis años viendo solo videos cortos y un texto de una página les parece un mundo», reflexiona la Merche Cimas.

La psicóloga alaba la iniciativa de los padres que han montado el colectivo ‘Adolescència sense Móbil’ en Baleares a la vez que advierte que será necesaria la implicación de muchos organismos. «Los pediatras dicen que no es recomendable que los niños vean pantallas hasta los 2 años, pero luego en la las revisiones que se hacen te preguntan por ejemplo por su alimentación pero no por el acceso a pantallas o a dispositivos inteligentes. Es imprescindible además la implicación de los institutos y escuelas. Si prohíben su uso se reducirá la presión que tienen las familias que quieren retrasar la compra a sus hijos. Igual que en primaria no se pueden llevar juguetes a clase y los niños lo asumen con normalidad, los institutos y colegios tendrían que restringir el uso de móviles», dice.

En su opinión «la concienciación de padres y madres de los niños más pequeños (que ahora tienen 8 o 9 años) puede llegar a revertir la tendencia de que el 75% de los de 12 tienen móvil». La psicóloga avisa de que «esto es una carrera de fondo, hay que reforzar la orientación y la concienciación para que cada vez sean menos los que lo tienen y que sea más raro ver a quién lo tiene que a quién no lo tiene».

Merche Cimas está especializada en adolescentes. En su metodología de trabajo apuesta por la Terapia Breve indirecta para lograr un cambio efectivo en el adolescente a través de la implicación directa de los padres, lo que permite ayudarle sin que él sea consciente». Con este método trata de aumentar el éxito de la terapia acortando al máximo su duración.