El día de Vox. De izquierda a derecha, por parte de Vox, Sergio Rodríguez, Agustín Buades, Manuela Cañadas e Idoia Ribas, mientras el portavoz del PP, Sebastià Sagreras (que también sonríe) se dirige a su escaño. Fue antes de empezar el pleno, marcado por el protagonismo del grupo ultra. | M. À. Cañellas

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El Parlament ha empezado a convertir en ley todo lo que han pactado el PP y Vox para sacar adelante los Presupuestos. Cuando este jueves se aprueben de manera definitiva, las cuentas de la Conselleria d’Educació incluirán ya los 20 millones que Vox reclamaba para el primer trimestre de ejecución del plan de elección de lengua y que el PP se negaba a aceptar. Manuela Cañadas (Vox)    defendió la propuesta en la sesión de tarde y recibió el apoyo del PP. Lo anunció la diputada de este grupo Ana Isabel Curtó, si bien en su intervención destacó otras cuestiones del presupuesto para ese departamento, como también hizo el conseller Antoni Vera. La diputada del PP no se salió del guión. Dijo que era más importante el todo que la parte y pasó por encima de este punto.

Cuando el debate termine, Vox habrá conseguido todo lo que pactó. Sus enmiendas serán aprobadas y, además, conseguirá desmarcarse del PP en otras cuestiones aparentemente menores: ayer, Vox apoyó a quienes desde la oposición votaron en contra de que los consejos de administración de algunas empresas públicas por asistir a consejos de administración. El PP necesitó el voto del PSIB y Més para aumentar el presupuesto de IB3 pues lo ultras lo rechazaron apoyar.

El primero de los debates ya definió el tono de lo que se verá estos días: Vox cada vez más crecido y una oposición que reprocha al PP haber dejado en sus manos toda su estrategia después de «claudicar».

La presidenta Prohens se perdió la primera parte del debate, llegó para apoyar los votos particulares de su grupo, necesarios para dar coherencia al proyecto de Presupuestos, que había llegado a pleno totalmente mutilado después de que hubieran caído secciones enteras y desaparecido artículos. Prohens no escuchó así lo que dijo la portavoz de Vox, Idoia Ribas, en respuesta a las intervenciones del socialista Iago Negueruela y el coordinador de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia: «En Vox, sólo nos arrodillamos antes Dios».

Según la portavoz, ni Negueruela ni Apesteguia ni Josep Castells (Més per Menorca) ni Cristina Gómez (Unidas Podemos) eran quienes para darle lecciones de quienes –dijo– pactan con terroristas y «se arrodillan ante ETA».

Al portavoz del grupo Popular, Sebastià Sagreras, le tocó defender los votos particulares. Y también justificar sus pactos con Vox. Iago Negueruela exhibió la portada de este diario y aseguró que el PP se había entregado totalmente. «No han negociado, han claudicado». Y añadió: «Claro que Vox no se arrodilla ante ustedes, son ustedes los que se arrodillan ante Vox».

Sin subvenciones

El socialista, que fue conseller de Treball en la pasada legislatura, dedicó parte de su intervención a criticar una de las cesiones del PP: la supresión de las subvenciones nominativas a sindicatos y patronales.

«Los sindicatos dieron su vida por la libertad, no podemos consentir que les insulten cada día». Y dirigiéndose al conseller Antoni Costa (en esos momentos no estaba la presidenta) afirmó: «Claro que aprobarán los Presupuestos, los aprobarán porque han entregado todo, tendrán Presupuestos pero lo que no tendrán es dignidad». Según había dicho antes Ribas, «si quitamos las subvenciones a los sindicatos es para que dejen de ser correa de transmisión de los partidos y sean más libres». Según la portavoz, «en contra de lo que dicen algunos medios de comunicación, nosotros no extorsionamos a nadie». Lluís Apesteguia acusó al PP de «mercadear» y afirmó que Prohens «ha tenido que desdecirse de todo, lo único que se mantiene es que vox no está en el Govern». Pero añadió: «Ya veremos qué pasa, calculo que para Pascua tendrán dos consellerías».