Vista de un puesto con frutas y hortalizas en un mercado. | JAVIER LIZÓN

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La subida del precio del aceite de oliva o de las frutas y verduras, entre otros miles de productos de la cesta de la compra, ha permitido que el Govern balear no acabara el año 2023 con una agujero económico millonario. Todo lo contrario. El Govern cerró el ejercicio del año pasado con 587 millones más de ingresos que en 2022 porque la recaudación del IVA se disparó y esa subida tiene una explicación:el aumento disparado del IPC durante todo el año pasado.

Los precios subieron como hacía años que no se veía y con ellos creció la recaudación del IVA, que es el impuesto que grava el consumo. Como el IVA se aplica en un porcentaje en función del valor del producto, si el precio sube, la recaudación del impuesto también lo hace. El resultado fue que en el Govern estima que recaudó 1.792 millones por IVA, es decir, 437 millones más que el año pasado. No fue el único impuesto donde se disparó la recaudación porque también los ingresos por IRPF subieron y se recaudaron 219 millones más    que un año antes.

El otro lado de la moneda

El ‘lado oscuro’ del balance del año pasado está en el impuesto de transmisiones patrimoniales. Es el que se paga por la compraventa de un inmueble de segunda mano y ha sido la joya de la corona del Govern durante todos estos años gracias al elevado número de compraventas y al precio disparado al que se han vendido los inmuebles.

Sin embargo, en 2023 no fue así. El desplome en la compra de vivienda – casi un 20 % según los notarios– ha provocado un hundimiento en los ingresos por este impuesto. El agujero ha sido de 175,8 millones, porque el Govern recaudó 636 millones de euros frente a los 812 millones de un año antes, una caída del 21,65 %. Es el otro gran titular del balance de la recaudación de impuestos: el desplome total generado por la caída inmobiliaria.

El año pasado se dio un fenómeno curioso porque, a pesar de que se derogó el impuesto de sucesiones a mitad de año, el Govern ingresó 25 millones más. La explicación está en que quienes deben liquidar el impuesto tienen seis meses de plazo para hacerlo, por lo que la caída en los ingresos no se verá hasta que no se haga el balance de este año.

La suma de recaudación de los ingresos propios del Govern, los que gestiona directamente, refleja un agujero de 149 millones con respecto a 2022. Pese a ello, el Govern ingresó más dinero que nunca gracias al buen comportamiento de los impuestos estatales, como el IVA, IPRF y otros. Por esta vía recaudó 737 millones más que en 2022. El resultado final entre lo que perdió por un lado y ganó por el otro es que el Govern tuvo unos ingresos extra finales de 587 millones.