Idoia Ribas explica en una entrevista concedida a Ultima Hora sus últimas decisiones políticas. | Pilar Pellicer

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Idoia Ribas, diputada y presidenta de Avanza en Libertad, concede su primera entrevista tras renunciar a la portavocía de Vox en el Parlament y explica los motivos por los que lo ha hecho. También aclara por qué ha creado la citada asociación, de la que asegura que «no es un chiringuito» ni un refugio por si abandona el partido de Santiago Abascal.

¿Cuánto tiempo le queda a Idoia Ribas en Vox?
— El que mi partido quiera. La gente que está en política sabe que esto no es para siempre, que es algo temporal y vocacional. Todos dependemos de lo que nuestros partidos consideren. Por tanto, yo estoy a disposición de mi partido y si considera que hay otras personas más apropiadas, bienvenidas sean.

¿Cómo son ahora sus relaciones con su partido, que entiendo que es Vox porque no lo ha citado?
— Sí, mi partido es Vox. Las relaciones son las normales de cualquier persona que esté integrada en una organización. Actualmente, tengo sintonía total con la dirección regional del partido y con la nacional. Nosotros nos debemos a las instrucciones que recibimos. Además, Vox es un partido muy disciplinado porque tiene claro que en toda España quiere tener el mismo mensaje.

¿Está de acuerdo con esa disciplina de partido?
— Sí, yo creo que es fundamental dar esa imagen de unidad y llevarla a la práctica porque sino los votantes no saben a qué atenerse.

¿Comparte la línea marcada por la actual dirección?
— La línea marcada por la actual dirección ha permitido, hasta ahora, que en Baleares haya habido grandes cambios. Es cierto que yo he dirigido las negociaciones desde aquí con el PP y que hemos conseguido avanzar un 40 % en el acuerdo de gobernabilidad. Por tanto, no tengo ningún motivo para no estar de acuerdo.

¿Cuándo tomó la decisión de dejar la portavocía?
— Cuando constituimos la asociación y supimos que llevar a cabo la actividad con esta asociación no era compatible con representar al grupo político; sí es compatible ser diputada y, de hecho, es habitual.

¿Por qué crea la asociación? ¿Desde el Parlament no puede llevar a cabo sus objetivos?
— No, necesitamos que la sociedad civil nos acompañe. No puede ser que la gente sólo vote durante cuatro años y luego nos sintamos solos. Estamos llevando a cabo muchas actuaciones importantes, como la derogación de la Memoria Democrática o el plan de libre elección de lengua en las escuelas, y no tenemos respuesta de ninguna entidad de la sociedad civil. Así como la izquierda tiene un montón de entidades que les apoyan, nosotros notamos un vacío. Nosotros venimos de la sociedad civil, la dejamos para dar un paso a la política y hemos dejado un hueco, que queremos volver a llenar.

¿Le comunicó al resto del grupo parlamentario la creación de la asociación?
— Esta asociación parte de una iniciativa mía, de Sergio Rodríguez y Agustín Buades; es algo que no tienen nada que ver con el partido ni con el grupo.

¿Informó a Abascal de que iba a dejar la portavocía antes de hacerlo público?
— No, nosotros decidimos dejar la portavocía y se lo comunicamos a nuestro grupo parlamentario, no al presidente del partido a nivel nacional.

¿Cuál es el objetivo de Avanza en Libertad ?
— Impulsar a la sociedad civil en la defensa activa de la libertad, la democracia, la unidad y la identidad cultural española.

Entrevista a Idoia Ribas
Ribas lee el folleto de su asociación Avanza en Libertad.

¿Es un chiringuito?
— Para nada. Avanza en Libertad la estamos sufragando los tres fundadores de nuestros bolsillos y no tenemos intención de recibir ninguna subvención pública. Esperamos podernos valernos por nosotros mismos y por las cuotas de nuestros asociados.

¿En qué se parece esta asociación a Actúa Baleares, el germen de Vox en las Islas?
— No se parece en nada porque Actúa era un partido político y Avanza en Libertad no tiene vocación de partido político, sino de asociación.

¿Han creado esta asociación como refugio por si abandonan Vox?
— No, no tiene nada que ver; son cosas complementarias. Además, yo no necesito refugiarme en la política, soy funcionaria de carrera, soy abogada y no necesito un puesto de trabajo; yo no estoy en política para eso, sino para defender mis ideas.

¿No puede hacerlo desde Vox?
— Sí, pero necesitamos impulsar también a la sociedad civil.

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¿El resto del grupo parlamentario de Vox puede participar en la asociación?
— Son todos bienvenidos. Esta asociación no sólo está abierta a militantes o simpatizantes del partido, sino a cualquiera que comulgue con nuestro ideario y creo que puede ser bastante más transversal.

¿Qué ha pasado en Vox, un partido con unas línea muy unificada?
— Hace dos meses hubo una crisis en el grupo y ahora cualquier cosa que hagamos se identifica con crisis y no es cierto. La crisis quedó bien cerrada y ahora somos un grupo unido de siete diputados que estamos coordinados con la dirección regional y nacional del partido; lo que ha habido es un cambio de portavocías que es lo más normal del mundo. La pasada legislatura el PSOE y el PI cambiaron la portavocía y nadie hablaba de que había crisis en el partido.

La presidenta de Vox Baleares mandó una carta a la dirección nacional diciendo que se habían detectado irregularidades contables, ¿estaba al tanto?
— La primera noticia que tuve fue cuando salió en los medios de comunicación y desconozco si ella es la autora. Desde luego, irregularidades contables no hay.

¿No ha habido?
— Que yo tenga constancia, ninguna.

¿Cómo es su relación con Jorge Campos?
— Es cordial, somos compañeros de partido, hemos estado cuatro años trabajando juntos de forma muy intensa. La relación ya no es tan fluida, no porque haya problemas, sino porque estamos en ámbitos de actuación distintos.

¿Cree que José Francisco Cardona acabará en el PP?
— Me encanta que me haga esa pregunta. A Cardona no se le ha expulsado del grupo y siempre hemos tenido las puertas abiertas para que pueda volver. Nunca nadie de nuestro grupo político le ha pedido el acta. Nosotros siempre hemos mantenido la esperanza de que pueda volver al grupo.

¿Ha dicho que no?
— Es su decisión.

¿Terminará en el PP?
— No tengo información sobre eso, sólo lo saben él y los dirigentes del PP.

¿Qué es lo que más le ha decepcionado de la política?
— Nada porque conozco muy bien que es la política. Antes de estar en Vox militaba en otro partido (PP), llevo 20 años militando en política y sé a lo que vengo. Estoy satisfecha porque he conseguido defender mis ideas en un Parlamento autonómico, avanzar en el acuerdo de investidura: rebajas de impuestos muy importantes, grandes cambios, etc.

Tiene fama de negociadora dura, ¿su sustituta seguirá esa línea?
— Eso es algo que le corresponde a ella. Yo tenía muy claro que no habiendo entrado en el Govern, por decisión de la dirección nacional, debía conseguir lo máximo para los votantes de VOX en las negociaciones posteriores con el PP.

¿Ustedes sí querían entrar?
— No tiene sentido decir si habría entrado o no porque estas cosas no las decide el grupo político, sino el partido. Yo lo que sí que tenía claro es que tenía que estrujar al máximo el acuerdo de gobierno porque se lo debo a mis votantes. Hubo decepción entre algunos cuando vieron que Baleares era la única región que no entraba en el Gobierno y yo he intentado suplirla haciéndoles ver que no estando en el gobierno también podemos ser decisivos y cambiar muchas cosas en el día a día de la gente.

Si se deja de hacer, ¿tomarán medidas?
— No creo que se deje de hacer. Vox ex un partido serio y hemos firmado un acuerdo

¿Cómo han sido sus relaciones con el PP y con Marga Prohens?
— Muy cordiales.

¿Mejor que con el presidente del Parlament, también de Vox? Ha habido algún que otro rifirrafe entre ustedes.
— El presidente del Parlament hace su función y la tiene que ejercer de forma independiente. No tendría que dirigir los debates condicionado por ninguno de los grupos de la cámara, por tanto, es normal que pueda haber decisiones que no gusten a un grupo u otro, incluido el mío.