Miguel Ángel Aranda, catedrático de Zoología en la UIB.

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Miguel Àngel Miranda es catedrático de Zoología e investigador del Instituto de Estudios Agroiambientales de la UIB. Igual que ocurre con las bacterias, cada vez más resistentes a los antibióticos, los insectos están mutando como consecuencia del abuso y mal uso de los insecticidas. Sabemos que existen las superbacterias, ¿Llegaremos a ver supercucarachas? Él tiene la respuesta. .

¿Las cucarachas son cada vez más difíciles de eliminar? ¿Están creando resistencia a los insecticidas?
− Sí. No es que sea algo exclusivo de las cucarachas, la mayoría de los insectos que son plaga, cuando les presiona mucho con pesticidas (moleculas insecticidas) producen resistencia. Lo vemos en la agricultura, en control de las plagas forestales, en los mosquitos y también en las cucarachas. Son insectos con un ciclo reproductor rápido, de manera natural seleccionan individuos con resistencia que son los que se van a reproducir y su descendencia incorpora resistencia metabólica.

¿A qué nos enfrentamos en los hogares de Baleares?
− La blatella germánica, conocida popularmente como cucaracha rubia o alemana es la más común dentro de nuestros hogares en Baleares y también la que tiene una mayor distribución mundial. Se trata de poblaciones cerradas (viven un un piso, en una planta, en un edificio...) Al no haber intercambio con otras poblaciones la aparición de esas mutaciones o resistencia puede ser más frecuente.

Escuchándole, alguien podría pensar que en la mezcla de poblaciones puede estar la clave de su control. ¿Abrimos la puerta o provocaríamos un problema mayor?
− Si mezclas poblaciones es cierto que en teoría quizá se podría diluir un poco el problema, pero prácticamente todas las poblaciones están sujetas a la misma presión por tratamiento de insecticidas y todas generan resistencia en mayor o menor medida. Hoy en día lo más utilizado son cebos alimentarios combinados con insecticida. Si este cebo pierde eficacia lo que sucede es que incluso pueden desarrollar lo que denominamos resistencia comportamental. Identifican que eso es una molécula tóxica y ya no se alimentan del cebo. Pero la resistencia más típica es que la cucaracha es capaz de metabolizar el insecticida y pierde su eficacia. Puede pasar de un 90 % de eficacia hasta a un 10 %-

¿Cómo solucionamos ese nuevo problema?
− Hay dos maneras Una es desarrollar nuevos plaguicidas, pero es lento y complicado y no tiene garantías de que no generen resistencia a ellos de forma rápida. La mejor vía que deberíamos aplicar (y no exclusiva de las cucarachas) es un mayor control del uso de biocidas (desde los antibióticos hasta los plaguicidas) porque al final nos enfrentamos al mismo problema. Son mundos separados (el de las superbacterias y las cucarachas) que al final funcionan con los mismos mecanismos. Si usamos moléculas para las que la población se hace resistente se nos acaban las herramientas. Pasa también, con los piojos, con las chinches… con los mosquitos que pueden además transmitir enfermedades graves.

Los antibióticos ya se venden con receta pero los insecticidas compras en el supermercado...
− Sí, falta legislación y concienciación. Hay que cuidar muy bien de las moléculas biocidas y utilizarlas solo cuando son necesarias. Lo ideal es usar métodos alternativos y todo esto requiere de personal cualificado y de una regulación para que estas moléculas no se puedan usar a la ligera.

Falta legislación. ¿Hay al menos avances?
− Hay que decir que los antibióticos ya están más controlados y ahora por fin también los pesticidas. Para usarlos hay que ser una empresa certificada y tener el carnet de aplicación. La base está en el uso estratégico de estas moléculas biocidas alternándolas para no presionar siempre con la misma molécula, porque sí o sí sabemos que esto va a llevar a la creación de resistencia. Sí que podríamos decir que es una locura que se vendan insecticidas en los supers… Lo que no tiene sentido es hacer un uso sin ton ni son. Si no se utilizan de forma masiva conservaremos el poder insecticida. El sector doméstico está muy regulado en Europa y hay una clasificación de cada una de las materias activas, pero habría que hacer más educación y concienciación para que las personas sepan que para un momento puntual se pueden utilizar, pero no de forma masiva y continuada. Si hay una plaga hay que llamar a un profesional para que valore el problema. Es la labor más importante, no nos damos cuenta de que lo que está dentro del bote a la larga puede ser más perjudicial si no lo sabemos utilizar.

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¿Le hacemos un favor al mundo pisando una cucaracha en vez de matarla con insecticida?
− Haces un favor al mundo si la puedes pisar, aunque entiendo que hay gente muy aprensiva y cada uno puede encontrar una manera distinta de matarla. Yo cuando entra una cucaracha la recojo con un recipiente y un papel por debajo, la cierro y la meto en el congelador, porque de esa forma sé seguro que va a morir y luego la uso para material para prácticas. La eliminación física es más conveniente, pero impensable a nivel popular. No creo que la gente opte por esa opción.

Sobre todo meterlas en el congelador...
− Eso solo lo hace un entomólogo (ríe).

Ha dicho que la cucaracha alemana es la más común en los hogares de Baleares. ¿Hay otras especies en las Islas?
− Sí. Fuera de los hogares encontramos la periplaneta americana que vive en la vía pública y de vez en cuando entra en las casas, pero no tiene por qué criar dentro. La germánica tiene preferencia por criar en lugares con altas temperaturas. Suele hacerlo detrás de la lavadora, de la nevera… son aparatos con motores funcionando que conservan unos grados más. Las otras no son tan constantes dentro de las casas, crían más en las alcantarillas.

Si tenemos un nido en casa, ¿Cuántas cucarachas pueden criarse allí?
− Las cucarachas pueden vivir hasta un año o un año y medio sin problema y cada hembra puede poner del orden de 400 o 500 huevos que depositan en las ootecas (una especie de estuches) e incluso algunas especies como la germánica, son capaces de transportar esas puestas si están en riesgo. Aunque la reproducción depende de la temperatura, en unos 20 días maduran sexualmente y a partir de ahí pueden tener una generación cada veinte días. Las temperaturas medias son condiciones ideales para las cucarachas, teniendo en cuenta que en las zonas cálidas las temperaturas invernales no les afectan.

¿Podríamos decir entonces que las cucarachas no solo son más resistentes sino que con el cambio climático se reproducen más?
− Sí. En los insectos que viven en las ciudades, como las cucarachas, juegan un papel importante lo que llamamos islas de calor. En la ciudad cada vez se acumula más el calor y eso por lógica acelera los ciclos de reproducción. Igual que a los humanos nos afecta más el calor en la ciudad que en el campo, en las cucarachas el calentamiento global favorece el desarrollo de las cucarachas en la ciudad. Lo veríamos si tuviéramos las mismas especies para comparar en un espacio natural. Se espera que su ciclo de reproducción (dentro de que ya es muy largo) se alargue, y por lo tanto que pueda haber más generaciones a lo largo del año. Requerirá también de más medidas de control.

¿Cuál es la ‘temporada alta’ de cucarachas?
− Empieza ahora. Antes empezaba con la primavera pero cada año se adelanta más el calor. En marzo a lo mejor ya habrá que hacer los tratamientos si seguimos con estas temperaturas.

¿Habla de tratamientos preventivos, insecticidas o de matar a pisotones?
− Hablo de tratamientos para eliminarlas en el momento en el que se produzca la aparición masiva, normalmente con la primavera y en verano, aunque el ciclo se adelanta.

¿Llevárselas vivas como las abejas sería una opción?
− No, con las abejas lo podemos hacer porque en la colmena tenemos una hembra que si la conseguimos recoger todas las obreras la van a seguir. Las cucarachas no son insectos sociales. Son gregarios, pero no están organizados. Es tal su dispersión que no hay manera de eliminarlas si no es matándolas.