Una jornada soleada. La carrera estuvo marcada por la gran cantidad de disfraces entre los 270 valientes que despidieron el año corriendo - Javier

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La decimotercera edición e la Sant Silvestre que organiza el club A. Palliser CCE Sant Lluís despidió el 2011 con una nota de humor, de competitividad y de muchas sonrisas, todo ello abrigado por una causa benéfica que congregó a 270 corredores en la mañana del sábado.

Disfraces de todo tipo y un ambiente entrañable se dieron cita para una competición en la que Marina Bagur, del Puerto Alicante, reeditó el triunfo conseguido en Alaior dos días antes, y en el que Rafel Quintana se impuso con claridad en la prueba masculina. ¿Lo mejor? La gran cantidad de dinero que, gracias al CCE Sant Lluís y a las empresas colaboradoras A. Palliser y Construcciones Sintes Pons, se recaudó y se donará íntegramente a la asociación de Síndrome de Down de Menorca.

La organización optó por cambiar el horario de la carrera, que habitualmente se disputaba por la tarde, para que a la hora de la entrega de trofeos no hubiera las habituales prisas para ir a cenar. Un sol radiante acudió a la cita e iluminó a los 270 valientes que se vistieron de corto, aunque la mayoría, sobre todo los más pequeños, optaron por disfrazarse como manda la tradición en esta típica carrera que sirve para despedir el año de una forma deportiva y divertida. No faltaron Spiderman, un jefe indio, varios payasos, bailaoras con exceso de vello, papa noeles con barbas de pega o Pulgarcito, que no se dejó amedrentar a pesar de ser el más pequeño del lugar.

Propósitos para el 2012

Al final de las carreras todos los participantes recibieron un obsequio para recordar el día y más de uno, que había corrido por correr, se fijó como propósito para el nuevo año que empezó ayer prepararse para que en la próxima edición, que ya calienta motores, opte a acabar entre los de arriba.

Sam Gomila y su tropa, Víctor Sabater y Mar Centelles fueron premiados por su originalidad en los disfraces.