La carretera de Maó a Sant Lluís se transforma en una especie de pista polideportiva hacia las 19 horas de gente corriendo o andando - Javier Coll

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Nunca cuatro kilómetros habían salido tan rentables. Es la distancia que une Maó y Sant Lluís. Unos 4.000 metros que se conocen como «la ruta del colesterol».

Cada noche decenas de corredores de todos los niveles y todas las ambiciones comparten asfalto. Y no solo en este punto. Menorca cuenta con varias rutas en las que el boca a boca las ha transformado en improvisadas pistas de atletismo como el polígono de Alaior, el puerto de Maó, la carretera de Maó a Es Castell, el polígono de Ferreries, Sa Farola o Son Blanc, en Ciutadella. «Correr es la mejor terapia contra el estrés», asegura Maria Fiol, una de las usuarias en mitad del entrenamiento.

En los últimos años, la afición por echar unos kilómetros se ha desmesurado. «Corro para mantenerme en forma, es un reto ver como vas mejorando día a día», comenta Dani, otro runner que frecuenta la ruta. «Me rompí los ligamentos de la rodilla hace unos años, gané peso y un día decidí ponerme a correr y cada vez quiero ir más lejos» reconoce Dani Tudurí, mientras hace una pausa en su rutina

Correr hace diferentes a las personas. Hay que dice que las hace mejores, otros creen que las hace más raras. «Llegué el miércoles de Barcelona y es mi primer día», explica José Luis, que admite «que corriendo se pueden conocer muchos lugares y además a mucha gente». Loida García, otra corredora, afirma que «me gusta venir con una amiga, nos sirve de excusa para vernos, ponernos al día y contarnos nuestras cosas, creo que nos viene muy bien»

No solamente los corredores se han beneficiado de estas carreteras sino que clubes de atletismo como Lô Esport en Alaior, Menorca Atletisme, en Ferreries, entre otros, o empresas como Biosport Menorca, que gestiona el polideportivo de Sant Lluís, han aprovechado para hacer grupos de entrenamiento. Miquel Carreras es el monitor de uno de estos grupos.

«Al principio no era partidario de esta ruta pero el tiempo me ha demostrado que mucha gente la utiliza para correr, caminar o ir en patines», comenta, mientras que una de sus alumnas, Mar, asegura en plena clase «empecé a correr para hacer deporte en octubre y la ruta me gusta, quizás la alargaría un poco».

Algunos 'peros'


Entre las idas y venidas de los coches que pasan por la carretera y nunca sin perder el ritmo, surgen los inconvenientes al escenario. «Creo que le falta un poco de cuesta y un tramo más que no sea de asfalto», opina Loida, mientras que Dani Coll, entre bromas, comenta: «La ruta me parece demasiado larga y recta, hay muchos coches, la verdad prefiero cualquier tramo de Camí de Cavalls» aunque matiza «es una buena alternativa entre semana cuando no tienes demasiado tiempo para entrenar».

De un modo similar piensa Óscar Gomila que tiene claro que «Menorca tiene muchos caminos y mucho más bonitos, no hay color, aunque si que es un camino práctico para cuando no tienes mucho tiempo».

José Luis recalca que «lo mejor es que a un lado tienes un tramo de camino que te permite hacer cross y no castigas tanto las rodillas».

Acaban las preguntas y cada uno sigue con sus entrenamientos. Unos luchan contra el colesterol, otros contra la báscula y, los más osados, contra el cronómetro. Sin dolor no hay victoria.