Tòful Moll se vació para cubrir los 21,09 kilómetros en 1:12:09 en el Balear de Pollença | Rosa Coll Parrona

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De las 7 a las 20 horas, Tòful Moll Taltavull trabaja como payes en el lloc de Son Vell, en Ciutadella. Cuando cae el sol se calza las deportivas y se lanza a devorar kilómetros como si no hubiese un mañana y como si las trece horas de trabajo que ya lleva a la espalda apenas pesaran. Esa actitud y un sinfín de entrenamientos le han llevado a proclamarse, el pasado fin de semana, subcampeón de Balears de media maratón en Pollença con un tiempazo, 1:12:09. «Siempre digo que solo con mi trabajo ya hago la mitad del entrenamiento», bromea el ciutadellenc. Y no debe ir desencaminado.

Moll Taltavull, con un pasado reciente ligado al fútbol en las filas del Penya Ciutadella, corre desde hace un año a nivel federado por el Cecome Sant Lluís que preside Richi Sintes. «Tuve que dejar el fútbol por el trabajo, empecé a salir a correr y poco a poco fue a más», explica el joven de 27 años, que ha contado con el asesoramiento en los entrenamientos de Iván Caules.

Con una humildad encomiable, Moll Taltavull asegura que «no me esperaba ser subcampeón pero si que sabía que podía completar los 21 kilómetros en 1:13:10» y añade «me dijeron que había cuestas al final pero salí muy bien y, la verdad, tuve un buen día porque terminé mejor de lo que empecé y pude apretar en los últimos kilómetros». ¿El resultado? Corrió a 3:25 el kilómetro.

«No volveré a correr a este ritmo, éste ha sido mi año y ya está», asegura el de Ciutadella que admite que se hace muy complicado compaginar su trabajo con los entrenamientos. «Si alguien me hubiese dicho este resultado en octubre no me lo habría imaginado», asegura un joven que se centró en la preparación de la competición de Pollença en febrero con una media de unos 60 kilómetros a la semana. «Le dije a Caules que podía entrenar tres días a la semana pero de calidad», apunta mientras desvela que «no he seguido ningún tipo de dieta, no me he privado de nada hasta una semana antes de la carrera que, como se disputaba por la mañana, me adapté al horario de desayuno que tendría el día de la competición». Qué envidia.