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Cuando desde un principio se parte con el viento en contra, pasa lo que pasa (79-72). Y pasó lo que estaba escrito. El sueño de vencer la Copa Príncipe sólo permaneció vivo en los corazones de los seguidores menorquines, porque la realidad del triunfo apuntaba al Melilla, que partía como favorito, y que prácticamente se había autoproclamado rey de copas antes de disputar el encuentro. El peso del factor pista, una afición poco acostumbrada al baloncesto volcada con el evento y el acierto en los momentos claves, motivado seguramente por los dos factores anteriores, acabaron por ceder el primer título de la temporada a un equipo cuya trayectoria es digna de loar. Pese a que el ViveMenorca hizo lo que tenía que hacer y aguantó estoicamente el empuje de todo un pabellón en contra, varios errores puntuales en el momento más inoportuno acabaron por decantar la balanza en una final emocionante e igualadísima hasta bien entrado el último cuarto. El Menorca perdió una buena oportunidad de asegurarse la disputa en su pista del partido decisivo en el caso de que se llegara a los play off, así como resarcirse de las dos últimas derrotas en liga.El vestuario regresa a la Isla muy tocado anímicamente.

El encuentro prometía y ambos equipos no defraudaron a las miles de miradas que estuvieron pendientes de la Copa. Rompió el hielo el Melilla, pero el ViveMenorca había entrado en el choque como Olmos quería. El trabajo defensivo de los menorquines logró evitar que los locales tomaran el control del partido, pese a la rapidez de los ataques del cuadro de García de Vitoria (10-10). Los puntos se sucedieron hasta que dos acciones de los Rafa Huertas y Morentón situaron la primera clara ventaja para el conjunto melillense, engordada con un 2+1 logrado por uno de los hombres del partido, Robinson (18-13 a 2 minutos). El técnico Paco Olmos sentó a Ciorciari, Cuthbert y Turner (que ya contaba con dos faltas) y solicitó el primer tiempo muerto (el valenciano tuvo que dar las instrucciones al equipo dentro de la pista porque desde el banquillo era imposible, con lo que llovía desde la grada). La reacción visitante no tardó en llegar gracias a Marc Fernández, que provocó un 2+1 y un robo en defensa para que Guzmán empatara el duelo al final del acto y parcial de 2-7 (20-20).

Continuó la final igualada (28-28, 30-30 y 34-34).Los jugadores luchaban cada balón como si fuera el último y sufrían en primera persona los envites de sus rivales, centrados en este tramo en anotar desde 6'75, mientras que la fiesta se vivía en un graderío a rebosar, lleno de música y de color. Si no hubiese sido por los constantes silbidos a los ex de Melilla -recaídos en su mayoría sobre Ciorciari-, nadie hubiese dicho que el Menorca jugaba en cancha ajena. Los puntos de un gran Coppenhart y de Juanma Ruiz no fueron suficientes para un Melilla que sufrió a un Vive concentradísimo en la lucha en la zona y nadie conseguía escaparse (36-36). Rompió el hielo Marc Fernández anotando un triple que daba vida al cuadro de Olmos, que se encontraba cómodo y fiel a su baloncesto, para llegar al descanso con una ligera ventaja (36-39).

Como si de un flashback se tratara, el encuentro prosiguió con los dos equipos ofreciendo lo mejor de sí mismos. Por parte del Menorca, la esperanza de recuperar a un hombre que había estado desaparecido durante los dos primeros periodos, Victor Cuthbert, se convirtió en realidad cuando el americano convirtió un triple en respuesta a la anterior canasta de Jiménez (38-42). Pero fue un mero espejismo y Victor, uno de los hombres más importantes del cuadro mahonés, se volvió a esconder para que su equipo volviera a jugar prácticamente con cuatro sobre la cancha. Aún así, al Melilla le costó anotar y el ViveMenorca mantuvo la ventaja gracias a los puntos de Turner, Umeh y, sobre todo, a Caio Torres, el mejor de los visitantes.Sin embargo, Robinson y Coppenrath, imparables, estaban haciendo mucho daño y propiciaron de nuevo la igualada (47-47 a 3,45). Con Guzmán como director, y los nacionales Urko, Montañana, y Sánchez intentando salvar la papeleta a la discretísima actuación de los americanos del Menorca, se llegó al tramo definitivo de nuevo con ventaja visitante, decidida desde la línea de libres (50-52), ya que el triple de Marc, acostumbrado ya a cerrar los cuartos, esta vez no entró.

En el último cuarto, como ocurriera en el anterior encuentro ante Tenerife, se fraguó la derrota.Tras dos minutos sin anotación, apareció la mano mágica de Héctor García, que con dos triples descolocó al ViveMenorca (59-56). La siguiente acción, que marcó el devenir del partido, fueron los 20 segundos de posesión perdidos por parte de los visitantes.El Melilla no falló y tomó carrerilla con un parcial de 15-4 (69-60) y el Menorca, que se quedó corto en las rotaciones con la eliminación de Montañana, Sánchez y Marc, sólo pudo ir a remolque hasta el final del choque.

"Sólo nos falta subir un peldaño competitivo"
No pudo resolverse de peor forma el regreso del técnico Paco Olmos a la que fue su anterior casa.Con un semblante serio, el técnico del ViveMenorca atendió a los medios congregados en la sala de prensa del 'Javier Imbroda Ortiz'. En su intervención, Olmos felicitó en primer lugar al Melilla: "Les felicito de todo corazón, como club, como afición y como ciudad por este título" y analizó un encuentro en el que "supimos gestionar el partido tal y como queríamos para llegar al final con opciones pero en el momento de la verdad los pequeños detalles fueron los que decidieron. Quizá nos faltó dominar un poco más el ritmo de juego pero creo que mi equipo hizo un gran partido, jugó un buen baloncesto durante 30 minutos y realizó una demostración de carácter".

Volcado al cien por cien con sus jugadores, a los que el técnico no tiene "nada que reprochar", Olmos consideró clave la actuación de Héctor García, que demostró su grado de veteranía en esta competición -cuenta con cuatro títulos-: "Sabíamos que era un hombre muy peligroso si aparecía porque en momentos como este puede decidir un encuentro. A mi equipo no puedo reprocharle nada. Sabemos a lo que queremos jugar y sólo nos falta subir un peldaño competitivo".

Cuestionado sobre el recibimiento de su antigua afición, que nunca le perdonó al técnico su marcha a Menorca, Olmos se mostró conciso: "Estaba tan preavisado que no hace falta comentar nada más". Reconociendo que la derrota resulta doblemente dolorosa por ocurrir en la que fuera su anterior cancha y ante el líder de la categoría, el técnico sólo piensa en recuperarse cuanto antes: "Seguimos a una victoria del líder y ahora toca una fase muy importante en la liga". Aunque hubo tiempo para una tardía recuperación y Victor enchufó un triple que colocó a los menorquines a tres puntos (75-72), una antideportiva de Turner proclamó al Melilla vencedor en el último suspiro (79-72).