2008-09. Fue la ocasión en la que el Menorca estuvo más cerca del triunfo pero se falló en la última jugada. En la imagen, el base Eugène Pooh Jeter - Archivo

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Que el Menorca Bàsquet haya perdido los ocho partidos que ha disputado frente al Real Madrid en la ACB es una circunstancia que descansa en el terreno de la lógica aunque ésta, afortunadamente, no siempre se cumpla en el ámbito deportivo. No lo es tanto, sin embargo, que el otro equipo al que nunca ha podido derrotar el conjunto menorquinista en la ACB sea el correoso Gran Canaria, el mismo rival al que se enfrenta este próximo domingo en Las Palmas.

Sin ser un grande del campeonato, el Gran Canaria, acumula ya 15 temporadas consecutivas en la máxima categoría del baloncesto español, y últimamente es un asiduo de los play-offs por el título, e incluso de la Copa del Rey. Es un rival complicado, claro, pero si el Menorca ya ha sido capaz de tumbar al Barça, Baskonia, Joventut o Unicaja, por ejemplo, en sus cuatro cursos anteriores en la ACB, no deja de resultar enigmático que nunca haya podido con los canarios, ni en Las Palmas ni en Maó.

La filosofía del juego canario –defensa, intimidación, y excelentes tiradores–, su fiable administración de recursos, y el factor Savané y Moran, los que siempre han jugado contra los mahoneses, pueden explicar en parte, que el Menorca nunca haya podido hincarle el diente en sus ocho cruces anteriores.

En la primera campaña en la ACB –2005-06–, no hubo color. El Menorca perdió de 20 en Las Palmas (97-77) y de 8 en Maó (68-75). La mayoría de las derrotas fueron claras salvo la de la temporada 2008-09 en Las Palmas, en la que Bazdaric tuvo el balón para ganar el partido pero cometió pasos y perdió la opción (76-72). En la segunda vuelta, Jeter tuvo el último tiro para forzar la prórroga, pero no entró (64-67).

Un tercer encuentro, el que cerraba la Liga 2007-08, en Maó, también tuvo un desarrollo apasionante porque el Menorca no estaba salvado matemáticamente y durante varios minutos del encuentro estuvo en la LEB. El Gran Canaria, que no se jugaba nada, acabó forzando la prórroga y llevándose la victoria (103-105), aunque el equipo entonces entrenado por Ricard Casas se salvaría igualmente porque no se dieron las combinaciones de sus rivales para que la derrota le condenara.

El domingo, desprovisto de toda presión, puede ser otra historia para el Menorca, como admite el propio técnico del Gran Canaria, Pedro Martínez, en la página siguiente. Algún día tiene que romperse esta estadística.