El mejor. Diego Sánchez fue el mejor hombre del banquillo en la derrota ante Unicaja de Málaga

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Una de las asignaturas pendientes que tiene el Menorca Bàsquet hasta el momento en su regreso a la ACB es la aportación de sus rotaciones. Hasta el pasado domingo, los números, así como las actuaciones a nivel individual dejaban mucho que desear pero el choque contra Málaga sirvió para que hombres que deben ser claves cuando Paco Olmos así lo estime se desquitaran con una aportación clave.

Los dos triples de Rafa Huertas, junto con los dos anotados por Diego Sánchez, fueron la única aportación ofensiva del Menorca desde el perímetro ya que el bagaje en tiros de tres quedó en un discretísimo 4 de 14. Importante paso adelante de las rotaciones que deben aportar todavía más al grupo.

Pero no todo fue bueno en el banco en el último partido. El capitán Urko Otegui se quedó sin jugar ni un solo segundo mientras que Caio Torres, que hasta hace unas semanas había protagonizado un gran inicio de temporada, firmó un mal 0 de 5 en lanzamientos, que maquilló con seis rebotes en los más de 20 minutos en los que estuvo en la cancha.

Contra el Unicaja de Aito García Reneses, el experimentado alero Diego Sánchez fue el auténtico revulsivo con dos triples. El asturiano, el jugador con menos tiempo sobre pista del equipo, estuvo 12 minutos para firmar seis puntos tras anotar dos de los cuatro triples que intentó. Esos tantos le vinieron de lujo al Menorca, ya que contribuyeron a que el grupo de Paco Olmos llegara hasta el final del partido teniendo opciones de doblegar al poderoso equipo verdiblanco.

Sánchez, hasta el momento, no había gozado de demasiadas oportunidades por lo que su aportación se mantenía como anecdótica. El bálsamo de tomar protagonismo en el último partido de bien seguro que supone un cambio en el papel que había tomado hasta el momento.

Otro que mejoró considerablemente en su versión ofensiva fue el malagueño Rafa Huertas. Metió los dos triples que intentó y los dos tiros libres de que dispuso, aunque no pudo sumar ninguna de sus tres opciones de dos puntos. El malagueño estuvo 20 minutos en el parquet, rayando a un buen nivel en aspectos defensivos. Tuvo que frenar, en la medida que pudo, las acometidas del juego exterior del Unicaja, que nunca estuvo cómodo desde 6'75. Logró siete aciertos de 24 intentos, prueba de que la labor en la pintura fue correcta y que la presión en el tiro exterior hizo mella en Berni Rodríguez (2 de 7), Saúl Blanco (0 de 5) y Carlos Jiménez (0 de 2).

El base Miki Servera demostró que está en una progresión constante. A sus 18 años se está empapando de la experiencia y el carácter de Diego Ciorciari, el base titular, así como de la filosofía de trabajo de Paco Olmos. Sólo jugo 7 minutos y 39 segundos, pero aportó cinco puntos y un rebote, siendo objeto de dos faltas. El mallorquín, llamado a hacerse un hueco entre los mejores directores de juego de la ACB, se muestra cada vez más tranquilo en la cancha.

La auténtica cruz en esta evolución positiva de la labor de las rotaciones es Caio Torres. El jugador brasileño se erigió como el mejor del equipo en las primeras cinco jornadas, destapándose como un gran reboteador. Ante Unicaja no anotó ninguno de sus cinco tiros, dos de ellos de tres puntos, pero atrapó seis rebotes y robó un balón. En los últimos tres partidos el jugador carioca ha disminuido su aportación ofensiva. Ha pasado de promediar más de 10 puntos por encuentro a quedarse en 8,5, aunque se hace con 5,5 rebotes por partido, siendo defensivamente uno de los 15 mejores de la ACB.

Caso aparte merece Urko Otegui. El capitán se está viendo perjudicado por el buen nivel exhibido por Caio Torres, lo que le resta minutos sobre la pista. El jugador más querido por la afición no está contando demasiado para Olmos sobre la pista pero realiza un trabajo muy importante en el vestuario.