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Sólo tiene 17 años y ya le ha tocado dirigir al Alaior Menorcarentals en los últimos partidos. El base Cicerón Mercadal (Maó, 1993), igual que el resto de sus compañeros, ha tenido que dar un paso al frente para tirar del equipo en un momento complicado por las lesiones de Molina, Valdivieso y Faner. Precisamente la baja del jugador ciutadellenc es la que ha permitido el protagonismo de este producto de la cantera menorquinista, que estuvo el año pasado en el centro de tecnificación de Balears, en Palma.

"Cuando me dijeron que se habían lesionado los compañeros, me puse nervioso", admite el joven baloncestista, "pero me he dado cuenta de que hay que aprovechar las oportunidades". Mercadal considera que las bajas que afectan a su equipo son de "jugadores importantes", pero también cree que "el equipo entero ha reaccionado y hemos demostrado que no éramos sólo ellos".

Pese a todo, no cae en la autocomplacencia y opina que "podemos dar más que hasta ahora: Si jugamos como entrenamos, subiremos nuestro nivel y ganaremos más". También valora sin remilgos su propio rendimiento. Considera que "en algunos aspectos me falta ritmo y tengo que aprender a controlar el tiempo del partido y cosas así, que se van cogiendo con el tiempo".

Cicerón es uno de los vinculados con el Menorca Bàsquet, una circunstancia que aprecia. "Me motiva muchísimo", dice, "sé que si lo hago bien tendré la opción de ir más con el primer equipo, algo que sería un regalo". El base mahonés está estudiando segundo de bachillerato, y tiene previsto salir el año que viene para estudiar. "Me gustaría estudiar una ingeniería, e intentaría ir a Barcelona, porque mis amigos han ido para allá", formula esta promesa del básket menorquín.