Paco Olmos - Javier

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A falta de 17 días para Navidad, Paco Olmos vuelve a casa. El técnico valenciano afronta por primera vez en su carrera deportiva como entrenador la visita a La Font de Sant Lluís para competir en el banquillo visitante.

"Mentiría si no dijese que será un partido especial porque jugamos contra el club de mi ciudad, de la ciudad donde han nacido mis hijos y el club donde me formé como entrenador tanto en sus categorías menores como con el primer equipo", admite.

Al que le escucha le queda la sensación de que esos segundos han sido los únicos que ha tenido el técnico para poder relajarse en lo que va de temporada. Pero la ACB no entiende de sentimentalismos. "Todo eso será antes del partido, en la cancha lo dejaré todo al lado para buscar que el equipo dé un paso más en su evolución" y, ya puestos, hacia el objetivo de la permanencia.

Paco Olmos regresará a Valencia como el hijo pródigo que acumula éxitos en ultramar hasta regresar a la ACB donde, precisamente fue desalojado en su propia casa. Dos subcampeonatos de la Copa Príncipe en LEB, con Melilla y Menorca, y un ascenso, el que disfruta a día de hoy toda la Isla, son la carta de presentación de un técnico que siempre tiene presentes sus raíces.

"Serán sentimientos más personales que deportivos", advierte, porque ante todo, Olmos tiene una misión que debe cumplir sí o sí y por tanto, espera ganar ante un Power Electronics Valencia al que ha calificado como "un grande" de la Liga.

Con un bagaje de cuatro victorias y seis derrotas, el mejor de la era ACB para el Menorca, Olmos cree que al equipo le falta ganarle a un referente de la segunda mejor competición del Mundo. "Nos dolió la derrota ante Unicaja porque ganar a los de arriba, si cumples con los de abajo, te hace el camino menos difícil hacia el objetivo", reconoce y advierte que en Valencia "tenemos que ser muy agresivos para ganar en una pista tan complicada".

Además, el próximo rival del Menorca es "el equipo más en forma de la competición, sobre todo tras el cambio de entrenador, y el más agresivo en defensa".

Pero, ¿cómo valora el técnico la temporada del Menorca Bàsquet hasta el momento? "Está claro que a punto de llegar al primer tercio de campeonato estamos satisfechos pero somos ambiciosos y queremos más", reconoce y añade que "estoy contento porque ha habido una evolución desde el comienzo hasta ahora y todo el equipo es consciente de la exigencia defensiva que necesitamos para lograr el objetivo".

Prueba de lo que dice son los guiones que el grupo ha seguido para ganar en el Pavelló. Defensa al máximo y afrontar cada posesión como si fuera un partido por sí solo, buscando un tanteo bajo.

"El equipo no ha sentido ninguna crisis por las tres derrotas consecutivas porque no hay un antes y un después de un partido. Cada encuentro es una final independiente. El grupo tuvo una gran reacción ante CAI Zaragoza a partir de un nivel defensivo sólido que nos permitió controlar el resultado", explica el valenciano, que cree que "en casa tienes un plus de motivación porque juegas ante tu público y preparas el partido de un modo distinto; para ganar fuera tenemos que mantenernos fieles a nuestro estilo pero tener una mentalidad más agresiva y estar muy concentrados".

Vendría bien un fichaje

Paco Olmos afirma que no es la persona indicada para hablar de fichajes y se define como "un entrenador al que le gusta proteger a sus jugadores y que va a muerte con ellos", pero la realidad es que el técnico echa en falta tener algún efectivo más en una plantilla tan corta.

"Vendría bien para los partidos pero también para los entrenamientos porque tenemos un volumen de trabajo muy alto, no podemos dar descanso a nadie y el día a día se nos hace muy justo", dice el 'coach' menorquín, que matiza que la llegada de un nuevo jugador entra dentro de la estrategia que siguió el club a la hora de planificar la temporada.

"Respeto mucho el trabajo que está haciendo el equipo pero es cierto que cuando diseñamos una plantilla de diez hombres dejamos un espacio que esperamos llenar con un elemento que complemente al grupo".

A pesar de que Olmos deja entrever que sería partidario de la llegada de una ficha número once, recalca que "todo el mundo debe ver que la austeridad del club es real, que nuestros movimientos son muy justos y meditados".

El ex entrenador de Valencia, Inca y Melilla reconoce que la buena sintonía que despierta la plantilla a los ojos de los aficionados es verídica. "Tengo unos capitanes que gestionan muy bien todo lo que afecta al vestuario y hasta ahora no ha habido ningún problema por lo que ahí no entro".

Esta unión va más allá y el entrenador, con semblante satisfecho, reconoce "todos en el grupo son conscientes de que se necesitan unos a otros y de que únicamente lograrán el objetivo si están juntos". Como ya hicieran la temporada pasada.