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El Real Madrid cumplió con el guión establecido, quizás con más dificultades de las previstas, al imponerse a un combativo Menorca Basquet por 95-84. La respuesta de los de Olmos permite alimentar la esperanza para recuperar la senda del triunfo que ya urge más que nunca después de enlazar ayer la quinta derrota consecutiva. Y es que el cuadro menorquinista batalló, tuvo el partido igualado en el tercer cuarto pero su empeño por frenar la pintura merengue, hizo que descuidara el perímetro y ahí el Madrid, con el mahonés Sergio Llull a la cabeza, estuvo extraordinario y se llevó el partido con 15 triples en 21 lanzamientos.

El equipo de Messina, ante la importante baja de Felipe Reyes en el juego interior, decidió cargar las tintas de su ataque en los hombres exteriores y le salió bien.Un parcial inicial de 0-4 para el Menorca, que salió con Caio Torres por Donaldson en el 'cinco inicial', dejaba a las claras la intención del conjunto isleño, que tras perder en sus cuatro visitas al feudo madridista, necesitaba enchufarse desde el primer segundo al partido para optar a algo positivo.

Tras ese inicio titubeante del equipo local, poco a poco comenzaba a carburar su juego de ataque, en manos de Sergio Llull y de Ante Tomic, con 7 y 6 puntos respectivamente en ese cuarto. Los de Paco Olmos, aprovechando la baja de Felipe Reyes, abusaban del juego interior del brasileño Torres, que se marchaba rápidamente a los 11 puntos como máximo anotador. Se llegaba de esta manera con una leve ventaja al final del primer cuarto para el Real Madrid, 24-20.

En la reanudación, el equipo blanco volvía a mostrar su acierto desde el triple, y Prigioni y Llull se encargaban de alejar un poco más al Madrid en el marcador. Era el momento entonces de Donaldson, jugador franquicia del Menorca, que entraba en la dinámica anotadora haciendo ocho puntos prácticamente seguidos y acercando a su equipo a 3 puntos. Pero de nuevo, un triple de Llull desde casi ocho metros y un robo y canasta de Sergio Rodríguez dinamitaban la resistencia menorquina.

49-41 al descanso con 4 de 4 en triples para Llull y 18 de valoración, mientras que Donaldson y Torres mantenían en liza al Menorca con 15 y 14 de valoración.

Al igual que en el segundo periodo, el Madrid iniciaba su andadura desde la línea de tres, esta vez por medio de Garbajosa ante una defensa incapaz de frenar el poderío exterior de los blancos. Cuando peor se le ponían las cosas al equipo de Paco Olmos, un parcial de 0-6 capitaneado por Donaldson y Torres nuevamente acercaban a los visitantes en el luminoso.

Poco a poco, el Menorca cerraba mejor su defensa, cortando momentáneamente la sangría desde la línea perimetral, y atacando con gran inteligencia al juego interior madridista, prácticamente inexistente en el día de ayer.

El Real Madrid empezaba a ponerse nervioso y a perder balones fáciles, por lo que a falta de tres minutos para el final del cuarto, un canastón de Caio Torres y un 2 más 1 de Donaldson ponían las tablas en el marcador (55-55). En ese instante de dudas en los blancos, surgía la figura de Carlos Suárez para encestar ocho puntos seguidos y coger dos importantes rebotes, uno en cada zona, y quebrar la resistencia de los de Olmos que se quedaron clavados. 70-59 al final del tercer término.

Ya en el último periodo, el Menorca comenzó a bajar los brazos y a dejarse golpear con mayor facilidad. Quizá entonces notó las cuatro derrotas consecutivas y lo cerca que habían tenido el encuentro con ese empate a 55 del tercer cuarto. El Madrid, que no perdona esos deslices, continuó machacando el aro rival por medio de Suárez y Tomic, merced a las facilidades que daban los menorquines en la pintura. Se llegaba en ese momento a la máxima del partido (78-60).

Un intento a la desesperada del Menorca, con Donaldson y Torres engordando su estadística personal acercaban a su equipo a menos de diez puntos a falta de cuatro minutos. Pero una vez más, la fragilidad en la defensa les penalizaba, viendo como Tucker anotaba sus primeros puntos del partido y Sergio Llull continuaba a lo suyo para certificar un triunfo previsible que en todo caso, debe suponer un punto de partida para el Menorca cara al choque del miércoles frente al Bilbao.