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"Queremos pedir disculpas de parte de la plantilla. No conseguimos la victoria que es lo que nos habíamos marcado". Son palabras de un luchador, de Urko Otegui, pero que suscribe toda la plantilla ante la decepción que mostró la afición en el partido ante del DKV Joventut. Fue sorprendente comprobar como muchos asistentes se despedían de su equipo mucho antes de finalizar el encuentro.

¿Solución? Trabajo y una mezcla de realismo y optimismo. "Hay que mirar hacia delante. Estamos a una única victoria de la salvación. Hay que trabajar unidos", indica Urko, al que se le requirió sobre la posibilidad, complicada por la economía, de que el club adquiera algún jugador que se ponga a tiro.

"Hoy estamos los diez que empezamos en agosto. Y somos nosotros los que tenemos que tirar el carro adelante, trabajar a muerte para sacar este proyecto adelante", e insistió en que "si tiene que venir alguien es para aportar y mejorar lo que hay, si viene para mejorar y hace que nos salvemos, encantado", indicó antes de la suave sesión de tiro matinal del equipo que se completó con otra sesión vespertina.

En ambos casos, dos jugadores entre algodones. Ciorciari y Limonad. El primero sigue con sus molestias físicas y con el tratamiento que se le prescribió antes del partido del domingo. El segundo recibió un golpe en su tobillo izquierdo que no le debe impedir ejercitarse durante la semana y estar a punto para una de las dos próximas finales: la primera el próximo domingo en San Sebastián ante un Lagun Aro (14º, con siete victorias y doce derrotas) que no vive su mejor momento: cuenta por derrotas sus últimos siete partidos.

Después llegará el parón de la Copa y luego, una auténtica final en el Pavelló ante el Meridiano Alicante.