Urko. La pelea del capitán ante Lorbek y Ndong ejemplariza el carácter que le puso el Menorca al partido - Javier

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Desfiló ayer el rey del baloncesto europeo por la Isla y conoció el sufrimiento ante el más débil del campeonato según la clasificación, el Menorca Bàsquet, que ayer jugó, posiblemente, su mejor partido de la temporada. La desequilibrada batalla, que ojalá vuelva a plantearse de nuevo a corto o medio plazo, arrojó un resultado previsible, pero plasmó el orgullo del debilitado conjunto menorquinista, que hizo cuanto pudo para estar a la altura de las circunstancias, y lo consiguió en gran parte del partido, ejemplarizando toda su profesionalidad.

El Menorca, sin embargo, prosigue su implacable trayecto hacia el descenso y, como ayer, su empeño pasa por poner por encima de todo el carácter y las armas del equipo. Pese a la derrota, estuvo a un nivel excepcional frente al coloso azulgrana por mucho que pudiera acusar las lesiones de Ingles, Vázquez y Morris, que cayó en el calentamiento.

Rentabilizó el grupo de Olmos la quinta marcha con la que entró en el partido, a diferencia de su rival y optó por morder atrás, evitando que el Barça metiera balones interiores. Con Caio Torres en lugar del lesionado Radenovic, Victor en el '4' y Sanders en el perímetro, el Menorca puso el ralentí de salida y frenó al poderoso Barça. Un mate de Victor en la cara de Lorbek fue la primera canasta del partido y un buen presagio. El de las Islas Vírgenes y Limonad fueron los estiletes además de secar a Lorbek y Navarro, respectivamente. Un 11-1 llamó a capítulo al Barça. Pascual puso a Ndong y paró el choque para que apareciera Navarro. El Barça sólo había anotado un tiro libre en cinco minutos, pero el genial escolta condujo a su equipo al 11-10. Rotó entonces Olmos, se acordó de Diego Sánchez y con gran parte de la segunda unidad en pista rearmó su defensa para cerrar el cuarto con un sorprendente 18-12.

Liberado quizás de toda presión, el Menorca aún mejoró sus prestaciones en el segundo acto fruto de la movilidad de sus pívots, que dominaron el rebote ofensivo, y los bajos porcentajes del rival. Olmos había reservado a Donaldson de salida y este fue su parcial.

Lakovic y Sada trataban de manejar al Barça, pero Ciorciari y Huertas imponían una intensidad defensiva que completaban con un ataque sorprendente por su brillantez con asistencias bajo canasta culminadas por Donaldson, autor de 11 puntos en este tramo. Otegi cumplía en la pintura y más tarde, Victor de nuevo en el alapívot, superaba a Lorbek y Perovic. El Menorca ganaba el rebote ofensivo y solo el regreso de Navarro impedía que la renta pasara a mayores (29-21, a 5 minutos del descanso). Ndong y dos triples de 'la bomba' dejaron el tanteo en 39-33, que significaba casi una heroicidad en el bando menorquinista.

Olmos repitió el 'cinco' inicial en la reanudación y el equipo mantuvo su excelente funcionamiento, superior en la pintura con Caio y Victor, y efectivo en la media distancia con un entonadísimo Limonad. Así la ventaja se incrementó hasta los 10 puntos (49-39). Pascual, que ya no lo veía claro, detuvo otra vez el juego, puso a Anderson sobre Donaldson para equilibrar su movilidad y a Navarro sobre Ciorciari con Lakovic como director de juego. Un parcial de 0-9 asustó a la grada (49-48), pero el Menorca esta vez aguantó el pulso. Un triple de Ciorciari contuvo la reacción azulgrana y, con el dominio del rebote, consiguió llegar por delante al último tramo (57-53).

Y entonces sucedió lo que tenía que suceder. El Barça fortificó la zona con el guerrillero Grimau y Lakovic, y encontró a Anderson arriba. Del 61-55 esperanzador brotó un 2-14 que puso a los azulgrana en la senda de la victoria (63-69) a 3'40 del final del encuentro. Ya no le entraron los tiros a los menorquinistas y pese a su encomiable esfuerzo la defensa del campeón de Europa, con Anderson como ejecutor, hizo suyo el partido y administró la renta hasta el final para decepción del mejor Menorca de la temporada que habría merecido, al menos, llegar a un final ajustado.