jiménez-álvarez. El jugador del Mallorca salta ante la presencia del pívot alcazareño - T.T.

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La lógica no se impuso en esta ocasión. La diferencia clasificatoria entre ambas escuadras –jugaban colista contra tercero– quedó diluida por el empuje y la agresiva defensa que por un lado puso en liza el Bàsquet Mallorca y por otra por el nefasto día que desde el perímetro tuvo el cinco de Luis Arbalejo en el nuevo derbi balear de la Liga EBA.

Desde el salto inicial, siempre tuvo el mando del partido el 'cinco' de Cepeda. Con un omnipresente Xavi Balle, que perforaba la defensa mahonesa tanto desde el perímetro como en el poste bajo, los mahoneses resistían el empuje inicial de los locales (7-2, min. 4) para acabar el primer cuarto tres abajo (16-13) tras espectacular mate de Youssouf Diop – fue lo único que hizo.

En el segundo acto, pese al cambio en la dirección de juego con la entrada de Markovic por Dani García, las prestaciones visitantes no mejoraban mientras por parte local tanto Pau Comas como el propio Balle engordaban sus estadísticas. Nacho Ayala y Edu Durán ayudaban a que la diferencia en el marcador no se ensanchase, aunque en el tramo final del segundo cuarto, un parcial de 7-4 rubricado con un canasta del ex Alcázar Stephan Assannin colocaba un estratosférico 41-30.

Tras el descanso, el Alcázar se aplicó en defensa, endureció el juego, y con un Francesc Sabaté que definitivamente cogía las riendas del ataque menorquín, bien secundado por Edu Gatell, propiciaban que la diferencia disminuyese en el electrónico. Un postrero triple de Edu Duran dejó el electrónico en un 57-52 esperanzador, mas que nada por como había ido hasta el momento el percal.

Parecía que el partido se rompía definitivamente a favor del Alcázar, con unos minutos de cine. Tanto en defensa como en ataque, el equipo de Arbalejo lo bordaba y se ponía 8 arriba con un parcial de 1-10 tras triple de Sabaté (61-69, min. 37). Pero entonces llegó el desplome mahonés que supuso la prórroga tras empate a 69.

Y aquí no hubo nada que hacer. El cansancio por un lado y el estado de gracia de los locales por el otro decidió el encuentro hacia el bando mallorquín con un parcial determinante de 11-4 para cerrar un derbi que tuvo de todo, hasta sorpresa final en el marcador entre dos equipos de trayectorias muy opuestas.