Urko y Donaldson. Los jugadores del Menorca simbolizan el hambre del equipo y cierran el pasado a Batista - Gemma Andreu

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El Menorca padeció ayer el síndrome del colista, aquel que marca el infortunio y las penalidades del último equipo de la Liga aun cuando no lo merezca. Un triple sobre la bocina, desde 7 metros, del especialista, Mirza Teletovic, provocó el desenlace más cruel del partido en el que más cerca tuvo el grupo de Paco Olmos, una victoria que habría puesto el colofón apropiado a su derroche y óptima utilización de sus limitados recursos frente a un Caja Laboral cansado por su batalla europea y mermado por la ausencia de Stanko Barac.

La magia que tiene el deporte de la canasta jugó, una vez más, en contra del combinado menorquinista que pagó un precio desorbitado con esa postrera canasta convertida por el rival con sólo 2 segundos de tiempo para construirla. Más allá de la mejorable defensa que hizo el Menorca en esos 120 segundos en los que Limonad llegó tarde para puntear el tiro, el mérito es de Teletovic que poco antes ya había metido a su equipo en la lucha imposible con otro triple. En suma, nueva derrota, la décima consecutiva, pero la más inmerecida de todas, en el camino inevitable del retorno a la LEB.

Esta vez con Caio y Donaldson como pareja interior, el Menorca halló buenas soluciones para neutralizar la salida acelerada del Caja Laboral en el partido. Los de Ivanovic buscaban un demarraje inmediato y estuvieron próximos a lograrlo con un parcial de 2-7. San Emeterio, en rico estado de forma, podía con Victor pero el desequilibrio previsible en la pintura con Teletovic y Batista no era tal. El Menorca se aplicó atrás, reboteó, colocó un par de tapones y despertó con otro parcial de 11-4 que le puso por delante en marcador (13-11). Huertas había sustituido a Ciorciari para preservar las fuerzas del argentino, y pese al primer triple de Teletovic, el Menorca respondía con un intuitivo Victor bajo canasta (7 puntos en este tramo inicial) y una última de Limonad que le permitía cerrar el cuarto 1 arriba (17-16).

Olmos tiró de rotaciones en la reanudación al tiempo que Logan, que sería decisivo, tomaba el mando en los rivales. Pero el Menorca persistía en concentración e intensidad defensiva a pesar de la superioridad en el rebote ofensivo del Caja Laboral a partir de la entrada de Musli. Los vascos abusaban del lanzamiento triple con la eficacia de Teletovic y el partido seguía en un pañuelo (25-26 a 3'22). Los triples del pívot balcánico y la aparición estelar de Pau Ribas, también desde el perímetro, hallaron por fin la respuesta de Sanders, jaleado por la afición después de anotar, por primera vez desde que está en el equipo, dos triples consecutivos (33-34 al descanso).

Liberado de la ansiedad como le sucediera quince días atrás ante el Barça, el Menorca se recreó en el trabajo defensivo tras el paso por vestuarios. Sólo Logan conseguía zafarse de Limonad para anotar 6 puntos consecutivos que abrieron el marcador porque el Menorca perdió el aro de vista (39-45 a 6 minutos del final). El murmullo del Pavelló daba a entender que estábamos en el principio del fin del partido. Pero no fue así. El grupo de Olmos volvió a cerrarse atrás y los rápidos ataques conducidos por Ciorciari y finalizados por Limonad, Donaldson y Victor en el poste bajo dieron como resultado un inesperado parcial de 10-0 (49-45) que entusiasmó a la grada y encorajinó a los abnegados jugadores locales. El Menorca mordía atrás y era un lobo en el rebote. Un triple de Ribas detenía el avance mahonés y el partido alcanzaba el último cuarto con un esperanzador 54-52.

Una nueva canasta de Limonad fue el mejor inicio en busca de un desenlace feliz para el Menorca. El Caja Laboral no podía con la defensa menorquina a excepción de Logan quien, con dos triples ponía a los suyos por delante (59-61) a poco más de 5 minutos para el final. Donaldson, fantástico, junto a Urko, tiraba del carro entonces y el Menorca reaccionaba con un parcial de 7-0 (66-61) a dos minutos del final. Los cinco puntos se mantenían hasta los últimos 60 segundos cuando el Menorca erraba un contraataque claro con doble palmeo de Sanders y Donaldson. Teletovic colocaba un triple en carrera tras error de Ciorciari que empataba el partido a 22 segundos del final (74-74). El propio base consumía la posesión y convertía el 76-74 con sólo dos segundos por jugar, y ahí, Teletovic, defendido porque Limonad que llegaba tarde a taparle, el crono a cero y desde 7 metros, mataba al Menorca y dejaba helado el pavelló (76-77) en la derrota más cruel de los 5 años en la ACB.

Ciorciari: "Moriremos de pie"

La derrota de ayer propició que se derramara más de una lágrima tanto entre los jugadores como en sus familias o los directivos. En el vestuario, que acabó muy tocado, solo resonaba una pregunta. '¿Qué hay que hacer para ganar?'. Y sin ninguna respuesta a la vista. El líder del vestuario, el argentino Diego Ciorciari, lamentó que "tuvimos la mala suerte en el penúltimo ataque porque falló Raviv, Melvin cogió el rebote y falló, luego lo hizo Jakim Donaldson... Allí ya me esperaba lo peor". Y lo peor sucedió. "En la última jugada a mí me corta Marcelinho por detrás y no veo el tiro, veo que el balón ya está de camino e iba muy clara", dijo el '8' menorquín, que añadió, sobre Teletovic, "que metió la de empatar y la de ganar y demostró la categoría que tiene".

El base admitió que "es duro ver que hacemos todo lo que está en nuestras manos pero no alcanza" y subrayó que la motivación del grupo ahora es la de "morir de pie".

Otro jugador visiblemente afectado fue Caio Torres. "Sabíamos que la última acción se la podía jugar tanto Teletovic como cualquiera de los cinco que estaba en la pista, porque son jugadores para resolver el partido", dijo el brasileño, que añadió que "cuando el balón salió de la mano de Teletovic ya sabía que iba a entrar". Para Caio, el Menorca "jugó bien, defendió bien pero le faltó suerte" y aseguró que "Nunca tiro la toalla, quedan siete partidos e iremos a por todas para seguir luchando".

Limonad, abatido

El mismo hilo argumental tomaron las declaraciones del escolta Raviv Limonad, que "hicimos todo bien pero nos faltó suerte y perdimos con un tiro increíble", por lo que ahora "tenemos que levantarnos y seguir adelante". El israelí admitió que "el equipo está triste, ha sido un golpe" y que "es muy duro seguir tras una derrota como esta pero no nos queda otra, el martes cuando volvamos a entrenar tenemos que levantarnos".

Ivanovic: "Cualquiera merecía ganar este partido"

El entrenador del Caja Laboral, Dusko Ivanovic valoró el ajustado final diciendo que "unas veces entra el último tiro y otras no". Para el montenegrino, "lo importante es tener fe, saber lo que debes hacer, estar preparado y así puedes ganar el partido", comentó el preparador del Baskonia. Ivanovic dio mucha relevancia al triunfo logrado ayer en Menorca y apuntó que "la liga ACB es muy importante para nosotros y con esta victoria estamos en la lucha por la tercera plaza, que es nuestro objetivo". Para el técnico visitante "la victoria era justa para los dos equipos, cualquiera podía y se merecía ganar", y deseó "la mejor de las suertes al Menorca de ahora en adelante".

Cuestionado a cerca de la ausencia del pívot Stanko Barac, Ivanovic se limitó a decir que "Barac me dijo que no estaba para jugar y no jugó". Quizás pensando en el partido del martes en Tel Aviv.

Reynés: "No sé qué tenemos que hacer para ganar"

El presidente del Menorca Bàsquet, Benito Reynés, se mostró muy afectado con la derrota cosechada en el último segundo con el triple de Teletovic. "No hay derecho, los jugadores lo han dado todo sobre la pista, se merecían ganar y, la verdad, yo ya no sé qué decir o qué hacer..." dijo Reynés, antes de tener que retirarse durante unos minutos porque no podía seguir hablando. Una vez recuperado mínimamente, el presidente reconoció que "no sé qué tenemos que hacer para ganar un partido, parece que estamos tocados por una varita de mala suerte". Reynés reconoció que en la última jugada, en el tiro de Teletovic, "tenía los ojos cerrados y no lo vi, pero me imaginaba que pasaría algo así porque no nos acompaña la suerte"."La mala suerte nos persigue a lo largo de toda la temporada y ninguno de los partidos con final igualado se decide a favor nuestro; hay que seguir luchando aunque es un mazazo muy duro", dijo el máximo responsable del club, que calificó la situación de "muy difícil". Sobre la polémica alrededor de las nóminas no pagadas, Benito admitió que "los jugadores han demostrado que son unos profesionales y yo estoy trabajando para tener el dinero". Reynés reconoció que "ya no puedo hacer más; la gente que quiera este club en ACB, LEB o EBA, que quiera salvarlo debe hacer un esfuerzo con la ampliación de capital y llegar, como mínimo al millón de euros".