Morentín. El pívot se lució bajo los tableros cazando 12 rebotes, además de sumar nueve puntos - photodeporte

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Una temporada, como la vida, está cargada de pequeñas lecciones que se tienen que ir aprendiendo para mejorar, en lo uno y en lo otro. Directrices que ayudan a trazar un rumbo en mayor o menor medida ligado al éxito. La primera lección de este curso para el Menorca Bàsquet le llegó en una doctrina en la que a priori, debía estar preparado: Los finales ajustados. Dos de los seis partidos en pretemporada tuvieron este epílogo, aunque en uno brillaron las sonrisas y en otros el esfuerzo desembocó en rabia. El sábado, ya en competición, la moneda que ante el Mallorca salió cara, designó cruz, como ya sucediera ante el Joventut en el Memorial José Timoner, pero con peores, aunque no dramáticas, consecuencias. El objetivo de Josep Maria Berrocal, de ahora en adelante, lograr que en caso de llegar a un final similar al del Pazo dos Deportes, la calidad y el criterio se anteponga a la fortuna y no se vuelva a escapar la victoria.

En situación. El pasado domingo, a falta de 11 segundos, el suplente lucense Álex Navajas clavó un triple (87-86) ya en la prórroga de un partido cargado de intensidad entre dos aspirantes a la zona VIP de la competición. El problema fue que el alero, que ya había anotado otro lanzamiento similar en el mismo minuto final del tiempo extra, se encontró sin demasiada oposición.

Ya en rueda de prensa, Josep Maria Berrocal dejó entrever que lo normal en esa situación hubiera sido defender cualquier opción de triple para asegurar, en caso de canasta del Breogán, como mínimo la prórroga. Pero el resultado es de sobras conocido, Marc Blanch asumió la responsabilidad de jugarse la 'patata caliente' y el balón, tras dos intentos, no quiso entrar.

Esta situación ya se vivió durante la pretemporada. En el sexto partido, ante el Mallorca, el cuadro menorquín logró la victoria (76-77) en un argumento similar al del sábado, aunque en este caso la última posesión fue a cargo del grupo de la isla vecina.
Nueve días después, fue el Joventut el que salió airoso en la escena límite. Dos tiros libres fallados por Arteaga, sumado a una canasta fácil bajo el aro de Williams, a cuatro segundos, le costó al Menorca 'su' trofeo.

Arteaga, muy castigado

No tuvo el Menorca el recibimiento ideal en Lugo. La afición del Breogán castigó anímicamente a los de Berrocal, especialmente al pívot Oliver Arteaga, que no disfrutó de uno de sus mejores días. La presión ambiental, atronadora, y la rigurosidad en el criterio de los árbitros, impidieron que el canario desplegara su mejor baloncesto.
Arteaga sólo estuvo en pista 9 minutos y 16 segundos, sumó dos puntos, recibió dos faltas y cometió cuatro, sin poder llegar a entrar en el partido.