Coppenrath. Aunque sólo jugó 20 minutos, dominó la pintura en ambas zonas - Javier

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Como no podía ser de otra forma, el Menorca despachó el primer partido oficial en Maó en su tercera era LEB con una demostración abusiva de superioridad (80-37) ante un rival que, hoy por hoy, no está capacitado para plantearle un pulso a uno de los colosos de esta competición como es el cuadro de Bintalfa y más si lo hace en el fortín de la Isla blanca y azul.

Fue una estrategia radical para aparcar el leve desasosiego que había supuesto el traspiés inicial en Lugo hace una semana.Así el encuentro, frío y nada competitivo, fue quizás un ejercicio de futuro para el equipo local aleccionado por Josep Maria Berrocal quien, perfeccionista, no cesó de corregir en la búsqueda de la excelencia defensiva para próximas batallas.

Sostener la intensidad a partir del primer cuarto para seguir en la cancha fue el gran desafío de Navarro, Coppenrath, Arteaga y compañía, y lo consiguieron.

El desequilibrio tan evidente entre un rival y otro no concede elementos suficientes para el análisis del Menorca más allá de constatar la grandeza de Arteaga en esta Liga, la suficiencia de David Navarro o la capacidad de Otegi para destacar.

Ayer, aún con Coppenrath en el banquillo durante muchos minutos, lo cierto es que el Menorca se dio un festín en un partido absolutamente monocolor en el que incluso tuvo su oportunidad el joven Pardina en el último cuarto aunque el debate había desaparecido desde el arranque del segundo tramo. Los malagueños cerraron el choque con sólo 4 puntos de valoración global por 106 el Menorca. No hace falta decir mucho más.

No hubo ritmo de inicio en un choque desangelado porque de inmediato se apreció la superioridad menorquina en la pintura. Arteaga no tenía rival en Kuznic y Otegi, titular en detrimento de Coppenrath, podía claramente con Lorenzo.

El Menorca puso tierra de por medio en apenas cinco minutos (13-2), una renta que pudo ser mayor de no errar hasta 5 tiros libres. Povea detuvo rápido el juego y los malagueños tuvieron una eclosión con dos triples de Díaz y Lorenzo, y un parcial de 0-8 (13-10). Fue su única aparición real durante el encuentro.

Ajustó su defensa presionante el Menorca y, pese a las rotaciones del Clínicas Rincón, el dominio abusivo del rebote le permitió alcanzar el primer parón con un elocuente 21-13.

Ya con Coppenrath en pista, la superioridad del Menorca sobre el jovencísimo filial malagueño resultó, por momentos, abusiva. El americano impuso su ley bajo las canastas y la intensidad defensiva ordenada por un exigente Berrocal hicieron el resto. Un parcial de 11-0 derrumbó definitivamente al Clínicas Rincón que no pudo anotar su primera canasta hasta transcurridos 5 minutos y 20 segundos de juego.

El Menorca, sin rival, fue incrementando su ventaja que al descanso era ya de 24 puntos (43-19). El Clínicas Rincón había valorado 2 puntos en 20 minutos de juego.

El paso por vestuarios desconectó un tanto a los de Berrocal que rivalizaron con el Clínicas Rincón en lanzamientos errados y pérdidas en este tercer tramo. Eso sí, la facilidad para el rebote, ahora a cargo de Arteaga en lugar de Coppenrath, hizo que pese al juego intermitente el Menorca elevara su ventaja a los 34 puntos al final del acto (58-34) con un un parcial de 14-5.

Los últimos diez minutos no modificaron el desarrollo de los acontecimientos. Con un rival entregado por razones obvias, Berrocal probó situaciones de juego y su equipo, con Marc Blanch inspirado ante la canasta rival, hinchó estadísticas a la espera de que lleguen encuentros más exigentes que éste, como quizás el próximo fin de semana en Inca ante el Mallorca.