El Menorca está encontrando más trabas de las previstas en su regreso a la LEB Oro - Gemma Andreu

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"Tiempo al tiempo, esto no ha hecho más que empezar", comentaba Francisco Domínguez, gerente del Menorca Bàsquet, avezado ya en mil batallas en torno al comentario generalizado que provocó la tercera derrota en Girona, presente en la reunión empresarial del jueves en Son Bou a la que asistió la plantilla al completo.

Y es que, efectivamente, el Menorca precisa madurar porque el grupo es nuevo -sólo continúa Urko Otegi respecto a la campaña anterior- "la pretemporada es sólo eso, preparación y no hay que sobredimensionar los resultados", apuntaba el técnico Chema Berrocal en una conversación informal.

Hay puntos, no obstante, que precisan remiendo cuanto antes mejor. El Menorca, llamado a estar con los mejores, ha abierto una brecha con el líder, Lleida, de tres victorias. Una distancia larga considerando que sólo han transcurrido cinco jornadas pero por esa misma razón, recuperable.

Uno de ellos, por ejemplo, es el estado de Taylor Coppenrath, con problemas de ciática y una hernia discal incipiente. El miércoles jugó con una cojera ostensible apenas 12 minutos y, muy probablemente, no podrá intervenir mañana frente al Cáceres.

La recuperación del único americano del plantel se antoja prioritaria aunque su puesta a punto definitiva va para largo sin que el club, por ahora, ni se plantee ni pueda plantearse un recambio. A este Menorca plagado de excelentes jugadores nacionales le falta espíritu defensivo y mayor determinación, voluntad para ir al rebote, especialmente, el ofensivo.

Carece de un jugador especialista en defensa cuyo carácter contagie al resto, y su falta de físico le obliga a un esfuerzo coral mayor cada vez que topa con un rival que le supera en esa faceta. Ahí se explican sus carencias defensivas evidentes hasta la fecha.

Por eso mañana deberá multiplicar sus prestaciones para sacar adelante el partido ante el Cáceres de Antelo y Williams, dos jugadores que marcan diferencia en esta Liga. Berrocal ya aleccionó a sus hombres el jueves al regreso de Girona para que vieran los errores cometidos frente a los catalanes.

Miembros del cuadro técnico inciden en el que el grupo se autopresiona en exceso, quizás consciente de que reúne talento para estar arriba, casi obligatoriamente por más que la presión externa todavía no haya llegado.

En Girona, por ejemplo, el grupo se bloqueó cuando, todavía con tres minutos por delante para jugar, los dos triples de Ordín les dejaron 'sólo' seis puntos por detrás en el marcador. Cáceres, con los pívots Antelo y Williams, como dos referencias de esta Liga junto al base Dani Rodríguez, aunque ya haya perdido tres partidos en esta Liga (Burgos, Granada y Girona, pero ha vencido a León y Melilla), será otra piedra de toque para un equipo que no puede fallar en casa.