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Seguramente los aficionados del Menorca Bàsquet recuerdan al pívot Jesús Fernández. Llegó a Bintaufa en 2008 con una gran aureola -le llamaban "El Americano de Villena"- pero no acabó de cuajar. Tras su periplo menorquín, del que a pesar de todo guarda un gran recuerdo -"a mi familia y a mi nos encantó la isla, donde conocimos parajes y gentes extraordinarias"- no está pasando su mejor momento en el club de su vida, el CB Granada, por la lamentable situación que vive la entidad nazarí. "Tenemos el sueldo asegurado. Se nos ha pagado una parte. Pero cuando te engañan, te vas. Los que quedamos, aguantamos. Pero aquí no hay futuro", afirma Jesús que es, con diferencia, la referencia del equipo y su jugador más valorado con 14,2 puntos y 7,6 rebotes por partido.

No es una historia diferente a la que viven otros clubs. Posiblemente se sumarán más instituciones a final de temporada. Ése es el tiempo que le queda al Granada, sumido en un proceso concursal que le ha llevado, a su vez, a un ERE que ha acabado de descomponer a un equipo al que le queda el orgullo hasta su presumible cierre en junio.

Así es en particular para el bueno de Jesús. "Estoy bastante motivado. Queremos tirar esto adelante en lo deportivo porque en lo otro no podemos hacer nada", asevera un jugador que recuerda que la situación "es difícil. Los que quedamos vamos todos a una. Queremos que, a pesar de todo, la gente vea que no arrojamos la toalla", aunque "somos conscientes de las limitaciones, pero queremos el apoyo de la gente", algo que "por un lado me fastidia, porque yo tampoco quiero dar pena".

Pero lo que tiene claro Jesús Fernández es que "el deporte no puede seguir así en este país. Por la misma competición, por la gente... Estamos sumidos en una desgracia". No habla sólo del Cebé. "Por ejemplo, el Mallorca, y habrá más casos. Los que mandan, tendrán que hacer algo".

De su situación "ya percibí algo cuando salí de Menorca. El Granada es mi club. Quería retirarme aquí. Ahora seguiré en otro sitio porque me veo con ganas. La situación de Granada viene de largo. Los directivos no fueron honestos, no tuvieron sentido común".

Y este domingo, partido. "No se pueden comparar plantillas. Estamos muy debilitados. Solamente somos seis profesionales y yo juego unos 30 minutos por partido. El resto son jóvenes que tienen que adaptarse. Pero estamos unidos y aseguro que seremos dignos hasta el final. En Bintaufa tuvimos el tiro para ganar el partido".

El Menorca "está siendo muy regular, muy compacto. Quizá el Canarias se escape, pero el equipo estará claramente entre los cuatro o cinco siguientes, algo que me alegra porque deseo lo mejor para el equipo, de verdad".