Alegría. Donaldson celebrando eufóricamente el ascenso con los aficionados aurinegros - Archivo

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La Laguna vivió ayer una auténtica fiesta nacional con la victoria ante el Lleida que significó el título y el ascenso directo a la ACB en un ambiente encomiable ya que el pabellón insular Santiago Marín se quedó pequeño con los más de 5.000 personas que abarrotaron sus gradas y que posteriormente celebraron por las calles el regreso, 21 años después, a la categoría de élite del baloncesto si cumple con todos los requisitos burocráticos y económicos que exige la ACB. La Laguna vivió la cara mientras que en Menorca, sin jugar, se vivió la cruz. La derrota del UB La Palma, del Lleida ante los campeones y el triunfo del Burgos relega al equipo de Josep Maria Berrocal a la tercera plaza.

La derrota del Menorca Bàsquet en casa por 68-72 de hace seis jornadas ha propiciado que a la SAD le toque ahora depender de un tropezón burgalés para asegurarse el factor cancha a favor en caso de llegar a la final del play off. De momento, con la victoria del sábado ante el Palencia (83-74) el equipo insular se ha asegurado su presencia en la fase final de la competición, situación que era prácticamente segura salvo hecatombe.

Recuperar a Arteaga
El principal objetivo para el Menorca Bàsquet es ahora recuperar al pívot Oliver Arteaga, que sufrió el pasado viernes en el último entrenamiento de la semana un esguince de tobillo de grado 2 y cuyo pronóstico es reservado. A día de hoy es duda seria para el próximo duelo del viernes en Huesca.

La ausencia del canario la superó el Menorca con la buena aportación de Taylor Coppenrath y Urko Otegi, que Berrocal se encargó de destacar al final del partido.
Burgos y Menorca tienen el mismo calendario, prácticamente, compartiendo como rivales al Huesca y al Navarra aunque los burgaleses cerrarán la fase regular en Lugo, a priori menos asequible que la cancha navarra, aunque con los dos luchando por el play off.