Coppenrath. Por su actuación del domingo, es un valor en alza frente al Breogán de Lugo - Gemma Andreu

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El Menorca Bàsquet regresa hoy a los entrenamientos dispuesto a preparar a conciencia la batalla del próximo viernes en el Pazo Provincial dos Deportes de Lugo donde debe ganar, al menos, uno de los partidos que jugará el fin de semana para prolongar esta serie de cuartos de final por la plaza de ascenso a la Liga ACB.

La meta, por tanto, es sabotear el optimismo vertido por el entrenador del Breogán, Pepe Rodríguez, quien se mostró muy confiado en que su equipo resolverá la eliminatoria en las dos citas de Lugo.

El play off se ha abierto con una igualada que revela contrastes personalizados en cuanto a la aportación de jugadores que son referencia en la plantilla de Josep Maria Berrocal, y generales en torno a las líneas del equipo. En este último caso, el Menorca revela problemas en el perímetro porque sus dos principales exteriores, Navarro y Blanch, no han dado la talla esperada y la victoria que equilibraba el play off se fraguó gracias a la aportación de la mayoría de sus interiores.

El más preocupante es el del escolta catalán, David Navarro, pretendido la semana pasada por el Valencia Basket, cuyo rendimiento se ha resentido en el tramo final de la fase regular y ha tenido continuidad en los dos primeros compromisos del play off.

Juega Navarro, aparentemente, más cohibido en la cancha, realiza menos tiros y ha perdido chispa más allá de que su trabajo defensivo sea bueno. En los dos encuentros ha anotado una media de 6,5 puntos, y el domingo, por ejemplo, no jugó los minutos decisivos del encuentro en el último cuarto.

Los dos primeros partidos de la serie también acentúan la escasa aportación de Marc Blanch (3 y 2 puntos en ambos choques, respectivamente). Romà Bas es la otra cara de la moneda porque le ha ganado minutos al exjugador de Estudiantes gracias a su aportación defensiva frente a Feldeine, el domingo, y a la ofensiva el viernes, con 19 puntos.

El contraste puntual en la pintura lo ofreció en el último encuentro, Taylor Coppenrath que por fin dio un paso al frente y tiro del equipo. Desaparecido en el compromiso del viernes, el americano tomó el relevo de Arteaga, cargado de faltas, para firmar la mejor actuación desde que volviera a jugar tras su intervención de hernia discal.

Coppenrath es fundamental para que el equipo reedite en Lugo el espíritu intenso y la defensa agresiva que le permitieron ganar el segundo encuentro en el que se fue a los 23 puntos de valoración tras convertir 19 y cazar 11 rebotes.

En el mismo segmento de regularidad se halla otro secundario mejorado, Andreu Matalí, que lleva una media de 10 puntos y 6 rebotes por partido en la serie gracias a sus ayudas en la zona. Arteaga y Urko Otegi, aún con ciertos altibajos, no son dudosos de su regularidad aunque al pívot canario le aguarda un examen hostil en Lugo, club con el que rescindió su contrato el pasado verano para incorporarse al proyecto menorquinista.

En el lado del Breogán, su jugador franquicia en la serie está siendo el escolta neoyorkino Sean David Ogirri, con la media más alta de anotación en los dos compromisos (16 puntos por encuentro). Feldeine, anulado el domingo, volverá a ser determinante en Lugo porque atesora calidad y recursos para ello, al tiempo que Manu Gómez está siendo el pívot más fiable junto a Sales Brooks.

Ndiaga alterna grandes aciertos gracias a su poderío físico, con grandes errores para desespero de su entrenador, Pepe Rodríguez.

En todo caso, con Ogirri y Feldeine, principalmente, además de Krabbenhoft, la línea exterior del Breogán será el antídoto contra el poderío interior del Menorca Bàsquet.