Jiménez. El base del Menorca fue el jugador determinante en los momentos claves del partido - Diario de Navarra

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Sufrimiento y sonrisas finales para un Menorca lanzado que puso ayer el cero a dos en la serie semifinal tras un encuentro agónico, eterno, que parecía decidido a tres minutos del final con un 51-61 pero que se vio abocado a la prórroga tras una reacción brutal de los navarros. Pero los de Berrocal manejaron mejor sus virtudes y sus nervios en cinco minutos suplementarios donde el acierto desde los tiros libres acabó dándoles la victoria. La final y el ascenso están aún más cerca .

Arrancó el encuentro con un Menorca igual de metido en el trabajo defensivo que en el choque del viernes, bien aprendida la lección y con un Iruña que buscó la sorpresa y la encontró a partir del trabajo ofensivo de Jorge García. El encuentro se dirimía a cara de perro desde los primeros compases, con un público muy encima y García llevando la locura a las gradas. Un oportuno triple de Romà Bas igualaba a siete, pero en la tarde de ayer sí le entraban los triples al Grupo Iruña como habitual solución de ataque.

Así, alcanzaba el conjunto de Ángel Jareño una máxima de seis puntos a su favor con un 17-11 a tres minutos para el final, mientras los sistemas ofensivos del Menorca no cuajaban a pesar de las constantes rotaciones de Berrocal en busca del quinteto más afinado. Marc Blanch iniciaba su recital con una canasta a dos segundos de la bocina que permitía a los isleños cerrar este decepcionante cuarto con cinco de desventaja, 21-16.

Pero el segundo acto vio de nuevo al mejor Menorca, en especial con un trabajo defensivo perfecto en las ayudas y cerrando los huecos a la típica jugada de Starosta -ese amago con media vuelta que suele romper a los pívots adversarios- y a las metralletas rojillas desde los 6'75. La cuestión arrancaba con un parcial de 0-6 que obligaba a un tiempo muerto del técnico local, tres minutos y medio jugados y cero puntos en su casillero.

Un triple de Uriz devolvía la ilusión al graderío, pero no dejaría de ser el canto del cisne local en este cuarto, con una última renta reseñable de cuatro puntos (26-22).

Y es que el Menorca Basquet firmó hasta el final un parcial de 4-13, con un nombre propio, del todo inesperado. Marc Blanch anotó los diez ultimos puntos de su equipo de manera consecutiva, y sin encontrar respuestas en la defensa local. El de Martorell se fue al descanso con 17 puntos en su casillero, figura destacada de un Menorca que remontaba hasta ese 30-35, dejando a Iruña en nueve pírricos puntos en ese periodo.

El tercer periodo vio a un Blanch que seguía asombroso, tres puntos seguidos para el 30-38. Las ventajas se estabilizaban en un intercambio de anotaciones, con poco acierto en los dos ataques, hasta que Dani Pérez le daba una máxima de diez a los menorquina a 3:45, con tiempo muerto y correcciones de Jareño para estrechar el margen, un 42-46 con el que acababan estos diez minutos, marcados por los fallos, el nerviosismo, y una gran defensa.

Hervía Anaitasuna cuando Narros comenzaba el cuarto periodo con un triple (45-46). Bas y el propio Narros vivían un 'pique' de triples con momentos de espectáculo y Otegi sellaba un parcial de 0-7 para un 48-56. Parecía que los de Berrocal cogían la rueda buena cuando un 2+1 de Jorge Jiménez les daba diez de ventaja a tres minutos y medio. Pero ahí se le fundieron los plomos al equipo. Reacción letal del Iruña con dos triples de García y Narros, parcial de 10-0 y el partido que se iba a la prórroga tras un final agónico, empate a 63, tras una última canasta de Navarro y dos fallos locales desde la línea de tiros libres que metieron el miedo en el cuerpo a los de Chema Berrocal.

Jorge Jiménez sacó de nuevo su libreto en el tiempo suplementario, sin arredrarse a pesar de dos triples de un Grupo Iruña que vivía a base de impulsos (69-69 a dos minutos del final tras un sorpresivo acierto de Langford desde los 6'75 ).

Las faltas empezaban a complicar a los locales, perdiendo efectivos, con un triplazo fabuloso del propio Jiménez al entrar en el minuto final (71-73). Parecía que el Menorca se iba tras un mate de Blanch, seis arriba en un momento de éxtasis para el catalán, autor del partido de su vida, pero un triple de Langford y un tiro libre fallado por Navarro le daban salsa al encuentro (76-78 a veinte segundos).

En el carrusel de faltas supo manejar mejor sus nervios la escuadra isleña y el cero a dos es una realidad incuestionable. Blanch anotaba a siete segundos del final y a pesar de una canasta veloz de Uriz, el Menorca ponía la proa hacia la gran final.