Navarro. El escolta catalán, otro de los destacados ayer, se dispone a convertir una canasta - Javier

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Tres triunfos separan solo al Menorca Bàsquet del que sería su tercer ascenso a la ACB en ocho años. Es el justo premio a la sorprendente forma en la que ha llegado el grupo de Berrocal al play off después de fulminar ayer al Grupo Iruña Navarra al que ha dejado fuera de combate por la vía más rápida posible. Ni la ausencia de última hora de Marc Blanch, con un esguince de tobillo, mermó la condición de un equipo lanzado, hambriento y sabedor del método preciso para rentabilizar sus recursos plurales, sin excesiva brillantez pero con efectividad, ante enemigos más limitados. Y así sucedió en un partido que no tuvo historia y que pone al Menorca en la final ante Cáceres o Melilla con el factor pista favorable. Mejor escenario para intentar el asalto a la Liga de las estrellas, imposible.

Fue monocolor el primer acto del choque dada la neta superioridad menorquinista ante un enemigo que accedió a la pista apocado, cohibido. Intensidad defensiva, ritmo elevado de juego y dominio del rebote marcaron las coordenadas sobre las que Berrocal asentó su estrategia. Y le dio resultado aunque fuera más en la sensación que en el marcador final (16-10). El Menorca superó al Navarra en todas las aristas del choque, Arteaga, primero, y Coppenrath, después ensombrecieron a Starosta, que nunca pudo con ellos, y el cuadro de Pamplona no halló otra manera de perforar el aro menorquinista.

Un parcial de 11-2 en los cinco primeros minutos de juego determinó la superioridad local. Jareño ya había pedido su primer tiempo mientras el Menorca cazaba un rebote tras otro e imponía una velocidad frenética al debate. Solo los errores reiterados de Navarro y Coppenrath en lanzamientos relativamente cómodos impidieron que el marcador tuviera más amplitud al final del cuarto (16-10).

Berrocal movía continuamente el banquillo para mantener frescos a sus hombres, cuidar el ritmo alto de juego y dominar el rebote ahora con la ayuda de Matalí. Así fue también el segundo acto cuando la ventaja se incrementó hasta los 14 puntos (28-14). Jareño probó con dos bases, Uriz y Sanz, y devolvió a pista a Starosta junto a sus cuatro 'pequeños'.
Pero la dinámica del juego, más trabado y poco efectivo, se mantenía afín a la táctica menorquinista. Dos triples de Morentín y Bas pusieron la máxima diferencia en el luminoso (34-17) a 2'20 del descanso, que logró recortar Uriz con dos acciones individuales (36-22).

La única oportunidad que tenía el Navarra para invertir el desarrollo de los acontecimientos pasaba por una salida intimidatoria que le aproximara en el marcador al reanudarse el juego. Pero no sucedió así. Más al contrario, el Menorca demostró que ya sabe mantener la regularidad durante todo un encuentro al contrario que en el campeonato regular.

A través de un juego coral en el que Berrocal cedió dosis de protagonismo a todos sus hombres, salvo el lesionado Blanch, el equipo mantuvo a raya a su rival. Arteaga aburrió a Starosta y Jareño ya no halló más soluciones en su banquillo porque éste tampoco daba para mucho más (47-28 a 4 minutos del final). El partido estaba liquidado como bien intuían los entusiastas aficionados menorquines jaleando cada posesión de los suyos (52-34, al final del cuarto).

El tramo final sobró y sirvió para que el Navarra maquillara el tanteo y acabara 10 abajo, una diferencia ficticia porque el Menorca entró en la gran final por la puerta grande. La ACB le espera.

"Estamos donde queríamos"
Berrocal resalta la labor del grupo y avisa de que el equipo puede mejorar

Josep Maria Berrocal era ayer un hombre feliz pero solo a medias. Contento por la victoria de su equipo pero reservado porque todavía no hay nada hecho. "Hemos ganado a un gran equipo, haciendo un partido muy serio, con 35 minutos de control y una gran defensa donde hemos estado muy intensos", dijo el técnico. Berrocal destacó que "hemos aportado todos y el hecho de tener una plantilla larga ha propiciado que no se notara la ausencia de Marc Blanch. Estoy orgulloso de todos".

Precisamente el alero catalán tuvo que observar el partido desde el banquillo por culpa de un esguince de tobillo, "pero si todo va bien estará a punto para el viernes". Pese a ese inconveniente, Berrocal dijo que "hemos defendido muy bien pero pienso que aún podemos mejorar". El catalán no quiere adornos y es consciente de que "estamos donde queríamos estar, era una serie difícil ante un equipo que nos había ganado en los dos enfrentamientos de la fase regular, pero demostramos que seguimos creciendo y ahora nos queda el sprint final". ¿Predilección por un rival? "No me preocupa y sí que demos un paso más adelante para estar mejor incluso de lo que estamos ahora. A Melilla y Cáceres les quedan dos partidos mínimo para jugar, que gane el que sea, me da igual, será una serie abierta pero no porque me sienta superior".

Sobre el rival, el catalán aseguró que "el Navarra ha dado más guerra de lo que parece, es un equipo duro aunque tenga menos rotación que el Breogán" y matizó que "las dos eliminatorias pueden parecer fáciles ahora pero hemos tenido que prepararlas mucho".

Por su parte, Ángel Jareño aseguró que "hemos jugado uno de los peores partidos en ataque de toda la temporada, sin estar frescos, acusando fatiga de la serie mientras el Menorca ha estado a un nivel muy físico". Además, el entrenador rival advirtió que hubo "muchos fallos, no me quiero quedar con el sabor de boca amargo de hoy, nos gustaría haber caído jugando un gran partido, pero quiero enfocar en la extraordinaria campaña que hemos hecho".

"No soy adivino pero tenía la sensación de que el que pasara iba a ascender; el Menorca por potencial y rotaciones ha ido a más y es el gran favorito", concluyó un Jareño satisfecho con el bagaje de este curso.