Impera la calma. A pesar del contundente 1-0 logrado el viernes, el equipo ni quiere ni debe relajarse - Javier

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Cómo tranquiliza que los jugadores del Menorca Bàsquet tengan la lección aprendida, pero de qué poco sirve. El recital menorquín logrado el viernes (79-55) puede quedarse en nada si esta tarde, a partir de las 18 horas ( IB3 y Teledeporte), Arteaga, Navarro, Urko y compañía no completan la faena y logran el 2-0 que aseguraría el factor cancha, en caso de quinto partido.

El delicioso triunfo del viernes puede hacer creer a más de uno que Menorca ya flirtea con la ACB pero el camino todavía es muy largo. Va una victoria, faltan dos.

Para el aficionado, que al fin rindió como de él se espera aunque no llenó el Pavelló, el segundo partido de la final de la Adecco LEB Oro debe ser un calco del primero. Un triunfo aplastante, sin paliativos e imponiéndose a un arbitraje lamentable.

La realidad dirá que el Melilla tiene a estas horas el orgullo herido y tratará de rehacerse y recuperar la imagen de equipo sólido de la que ha presumido hasta llegar a la final. De hecho, tanto en cuartos como en semifinales, el equipo de Gonzalo García de Vitoria empezó perdiendo y acabó pasando la eliminatoria resolviendo en el quinto partido, un bagaje que como el propio técnico reconocía, les está pasando factura.

"El equipo está agotado, no hemos podido competir contra la rotación y el físico del Menorca, que ahora mismo es muy superior a nosotros", reveló el preparador, que confía en recuperar las fuerzas de sus efectivos. Son las consecuencias de jugar cuatro partidos de play off en una semana acumulando dos viajes largos y poco margen de descanso.

Totalmente opuesto a este panorama está el Menorca. Con una semana sin competición mostró el viernes el hambre de ACB que tiene y supo rehacerse tras un mal segundo cuarto sometiendo a los melillenses en el tercero (26-5) en un recital en todos los sentidos.

Con la confianza más firme que nunca tras encadenar siete victorias consecutivas en play off, con la excelente noticia de la recuperación de Marc Blanch, al que le costó entrar en el primer duelo pero que tras dos triples hizo gala de su carácter ganador para espolear a un público entregado y las sensaciones más positivas, ahora resta controlar la euforia, administrar los elogios y no caer en la relajación. Algo así les habrá dicho Berrocal a sus hombres de un tiempo a esta parte.

A destacar, las 26 faltas que le señalizaron al Menorca el viernes y que, gracias al carácter y a la entrega con la que supo reponerse, quedaron en mera anécdota. Parece que a la mejor defensa de la Liga le han menguado el límite que separa la falta de la acción legal. Cuidado.