Los jugadores del Sant Lluís dieron rienda suelta a la emoción al final del choque - Javier Coll

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La afición menorquina necesita baloncesto. Ha quedado demostrado este fin de semana en Ses Canaletes que ayer albergó la gran final de la Copa, una competición otrora menor, que este año, con el retorno de la Primera Balear ha derivado en una final a cuatro trepidante en la que el Sant Lluís confirmó su condición de favorito imponiéndose a un Alcázar joven pero notable.

Pese a la ausencia de su jugador franquicia, Matalí, lesionado, el cuadro rojillo peleó por el triunfo en un choque poco vistoso pero igualado hasta el final, en el que el nombre propio indiscutible fue el del local, exprofesional, Pitu Jiménez, que dominó el partido y decidió en el momento clave.

El primer cuarto fue del Sant Lluís y el segundo del Alcázar que llegó a igualar el tanteo al descanso (30-30). Los mahoneses, con Vidal y Piedra como claras referencias, se adelantaron incluso en la reanudación. Entonces Pitu tiró de clase y galones con 7 puntos consecutivos que le dieron 5 de renta al Sant Lluís al inicio del último tramo.

El Alcázar acusó el cansancio por el desgaste de su intenso juego durante todo el partido y el equipo de Xavi Carreras cargó el rebote ofensivo para asegurar canastas con segundas y terceras opciones que le aseguraron el triunfo.