El futuro del baloncesto autonómico está en el aire. Los clubes no ven asumible la EBA Balear y estudian fórmulas de futuro, que incluyan, entre otros aspectos, un ascenso real y garantizado al campeón. Lo del Sant Lluís no debe repetirse | Javier Coll

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El Jovent ha movido ficha. En el marco de la reunión mantenida en Alaior en los prolegómenos de la Navidad entre los clubes menorquines, convocada por el delegado en la Isla de la Federació Balear, Antoni Sánchez, la entidad que preside Àgueda Juanico propuso para la temporada próxima 'rescatar' una liga balear desprendiéndose del rango EBA, fragmentando la competición en dos fases. Una primera de carácter local (por islas), y una segunda que reuniría en un grupo a los mejores equipos de cada isla y en otro a los peor clasificados de la fase inicial. Ambas se disputarían en formato de liga a doble vuelta.

El directivo del club de Alaior, Miquel Sintes, fue quien expuso las líneas maestras del plan en el referido cónclave, y si bien este no alcanzó un 'quorum' pleno entre los equipos menorquines que actualmente integran la EBA Balear, sí dispuso una acogida más que aceptable. La Salle, Alcázar y Sant Lluís comulgan con el modelo –cada uno con sus matices–, Es Castell –que vio descartada por la mayoría su propuesta de instaurar una liga en exclusiva menorquina– también considera que, dentro de las circunstancias, no es mala opción, y el Ferreries, por su parte, ni la desecha ni la respalda, pero entiende que la cuestión económica impera, y esta es más gravosa en un escenario balear que no menorquín. Su preferencia vira hacia un torneo que aglutine a todos los clubes locales, incluidos Boscos y Ciutadella.

Los dirigentes, abundando en su análisis, consideran «positivo» que el plan del Jovent no 'olvide' a los más débiles para la segunda fase, por lo que todos afrontarían una temporada de idéntica duración, y existió también pluralidad en que la caótica situación sufrida por el Sant Lluís tras vencer la liga anterior no debe repetirse –los de Ses Canaletes no empezarán a disputar partidos 'de verdad' hasta febrero, una vez incursionen en el sector valenciano-murciano. «La competición debe iniciar sabiendo el premio que tendrá a su conclusión el equipo campeón», exponen los dirigentes, cuya mayoría aboga por «recuperar» un espacio en el grupo catalán de EBA, por una cuestión logística, económica y de interés del aficionado, aún sabiendo de la dificultad de ello –los clubes catalanes no casan con esa idea. Al margen, La Salle, Jovent y Alcázar evocan a lo «mucho que costó conseguir que el Govern subvencionara los desplazamientos interislas. No debemos dejar perder eso, y si formamos una liga menorquina, se perdería».


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