El base mahonés del Real Madrid, Sergio Llull, bota el balón | ACB

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Veinte años después de lograr su última Copa de Europa, el Real Madrid con el mahonés Sergio Llull como uno de sus máximos estandartes, buscará en la Final Four de la que es anfitrión su noveno título continental, el mismo objetivo que persigue Zeljko Obradovic, su entrenador en aquella ocasión y rival en las semifinales al frente del Fenerbahce turco (Palacio de los Deportes de la CAM, hoy, 21 horas).

La segunda semifinal de la Euroliga enfrenta al actual subcampeón del torneo, un equipo madrileño que quiere aprovechar que juega ante su afición para sumar un nuevo título a sus vitrinas, con un rival que debuta en una F4 y que, en caso de ganar, se convertiría en el primer equipo turco que lo consigue. Con cuatro participaciones en los últimos cinco años y dos finales consecutivas perdidas, el equipo que entrena Pablo Laso se ha convertido en el último lustro en un habitual en los partidos que deciden el título y comparte a priori el papel de favorito junto al CSKA de Moscú.

Laso ha formado este año un bloque sólido en el que la columna vertebral la integran el menorquín Sergio Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y el veterano Felipe Reyes, quien a sus 35 años acaba de ser incluido en el equipo ideal de la Euroliga.
Los problemas han surgido en sus hombres altos, donde ha carecido de un pívot dominante ya que Salah Mejri no cuenta para el técnico y Yanis Bourousis se ha borrado en los últimos meses. A cambio, el mexicano Gustavo Ayón y Marcus Slaughter han aportado sus minutos de calidad.

En principio, el entrenador vitoriano tendrá a todos sus jugadores a su disposición pese a los problemas físicos que han sufrido hombres como Rudy o Jaycee Carroll en las últimas semanas con sendos esguinces de tobillo.

Por su parte, el Fenerbache acude por primera vez a una Fase Final de la Euroliga con el papel de tapado y compensa su poca experiencia en estas lides con el hecho de tener al entrenador más laureado de Europa. Obradovic presume de ocho Copas de Europa con cuatro equipos diferentes y su sabiduría preocupa a los rivales.

Con su creciente poderío económico, los turcos son un equipo que combina a jugadores consolidados como Nikos Zisis, Andrew Goudelock o Nemanja Bjelica con futuras estrellas como Bogdan Bogdanovic, nombrado por segundo año consecutivo mejor jugador joven de la Euroliga.

Los turcos llegan a Madrid como el mejor equipo en rebotes ofensivos de los cuatro participantes y tras haber completado una muy buena trayectoria en el Top 16, que culminaron eliminando en cuartos por un contundente 3-0 al actual campeón, el Maccabi Tel Aviv, lo que da muestras de su calidad. Los antecedentes de enfrentamientos entre ambos en la máxima competición continental favorecen al equipo español, que se ha impuesto en nueve de los doce choques disputados.

El entrenador del Real Madrid, Pablo Laso, destacó en las horas previas a la cita el «duro camino» recorrido «para llegar hasta aquí», y consideró que «el pasado no existe» en referencia a las dos finales perdidas en 2013 y 2014. «Para mí el mérito fue llegar a dos finales, pero ahora es distinto, si bien intentaremos que nos sirva de experiencia», apostilló Laso.