Balibrea jugó sus últimos minutos ante el Cornellà, antes de quedar plegado por el dolor | Gemma Andreu

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El diagnóstico no es definitivo, pero sí poco alentador. Cristian Balibrea (1987) sufre el desgaste de un par de discos de las vértebras lumbares, que le produce el pinzamiento del nervio correspondiente. Un proceso que, de prolongarse la actividad física y competitiva, podría llegar a afectar la raíz del nervio y derivaría en una hernia discal.

«Con este dolor no puedo jugar», afirma rotundo el base de Hospitalet de Llobregat. Pendiente de confirmar el extremo y contrastarlo con la opinión de otros especialistas, Cristian da por concluida la temporada con el Sant Lluís de Liga EBA. «No soy de jugar al 20%. Y menos en esta categoría», se sincera.

La solución pasaría por una intervención quirúrgica inmediata o aventurarse a un proceso de rehabilitación, que en cualquier caso no le asegura evitar pasar por el quirófano. Ambas opciones requerirían de unos meses que la competición no concede.

La sensacion aflictiva apareció en la espalda del director de juego en las primeras jornadas, «es frustrante no poder agacharte a por el balón». Descartado un problema de carácter muscular, el peor vaticinio se confirma. «Me da rabia, me fastidia por el momento del equipo. Me perderé lo mejor. El grupo que se ha logrado formar recogerá el trabajo que se ha realizado. Tras una semana de entrenar con diez jugadores se ha ganado un partido. Necesitábamos entrenos de calidad», reflexiona.


Paso a Dani

Balibrea tiene claro que «mi proceso será más largo que el de Dani García. Si él está para jugar en unas semanas, que den de baja mi ficha. El equipo saldrá ganando».

El catalán es mentalmente fuerte ante esta situación, «estoy animado. En mi proyecto de vida en Menorca no entraba jugar, pero tuve la suerte de cruzarme con Joan Martínez, que me conocía, Ha sido un regalo».