El Bàsquet Menorca se ejercitó ayer en el ‘Poli’ de Maó, sesión que repetirá mañana, con vistas al trascendental partido del domingo ante el Calvià. | Javier Coll

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El Bàsquet Menorca, inmerso en el tramo más trascendente de la temporada, batalla también en otros frentes y niveles al margen de lo estrictamente competitivo, como son la configuración de su equipo directivo una vez el proyecto se ha desvinculado del CCE Sant Lluís (Oriol Segura se mantiene como más clara opción para asumir la presidencia), pulsar al tejido empresarial local para conocer su disponibilidad de contribuir económicamente ?en lo cual ya se está trabajando? y, como tercer frente, definir su cancha de juego para el futuro curso.

En esa línea, son dos las opciones que contempla el Bàsquet Menorca, pues marchar de Ses Canaletes y de Sant Lluís se advierte obligado para no acotar los márgenes de crecimiento del proyecto. Una posibilidad, la preferida por los gestores del club, básicamente por razones de aforo, es el viejo Poli de Maó, precisamente donde disputará el último tramo de Regular de la actual Liga EBA el conjunto que ahora dirige Miguel Ángel Hoyo. Sin embargo, el colapso de usuarios de la instalación es considerable, y si bien habría disponibilidad para alojar al equipo en sus partidos del fin de semana, mucho más complicado resultaría contar con el recinto para entrenar de forma habitual.

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